Rusia podría usar Venezuela para evadir sanciones, como hizo Irán

Rusia podría usar Venezuela para evadir sanciones, como hizo Irán

Russian President Vladimir Putin (R) meets with his Venezuelan counterpart Nicolas Maduro at the Kremlin in Moscow, Russia October 4, 2017. REUTERS/Yuri Kadobnov/Pool
Vladimir Putin cuando recibió a Nicolás Maduro el 4 de octubre de 2017 /REUTERS/Yuri Kadobnov/

 

La puesta en marcha de la moneda virtual Petro por el régimen de Nicolás Maduro facilita las operaciones financieras opacas, publica ABC.

Por EMILI J. BLASCO





Venezuela podría ayudar a evadir sanciones a Rusia, como en su día hizo con Irán. El mismo día de la semana pasada en que el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunciaba la detención de un empresario iraní por haber movido fondos a través de Venezuela durante la era Chávez, saltándose las sanciones internacionales que existían años atrás contra Irán, la revista «Time» publicaba una información sobre el interés de Moscú en la puesta en marcha por el régimen de Nicolás Maduro de la criptomoneda Petro, la cual podría ayudar a Rusia a realizar operaciones financieras que ahora tiene restringidas por la aplicación de ciertas sanciones internacionales.

«Time» desveló la semana pasada que empresarios rusos han actuado de asesores de Maduro en el lanzamiento de Petro, moneda ideada por el régimen venezolano para buscar financiación ante las sanciones impuestas el año pasado por Washington a la adquisición de títulos de deuda de Venezuela o de su petrolera, PDVSA. La Administración Trump ha trasladado esa prohibición dirigida a ciudadanos estadounidenses también a las transacciones con Petro.

Fuentes rusas consultadas por la revista comentaron el interés de Vladimir Putin de utilizar la proliferación de criptomonedas en el mundo, y en concreto el Petro, para minar la hegemonía del dólar en las transacciones internacionales y esquivar las sanciones que restringen los movimientos financieros de algunas compañías y bancos rusos con estrecha relación con el Kremlin, adoptadas por EE.UU., la UE y otros países a raíz de la ocupación de Crimea y la agresión de Ucrania.

Rusia ha incrementado en los últimos años su asistencia financiera a Venezuela, sobre todo mediante acuerdos petroleros que son doblemente ventajosos para Moscú: contribuyen a un mejor posicionamiento internacional de la industria energética rusa, y aumentan la dependencia de Venezuela hacia el país euroasiático. Esa mayor relación faculta el movimiento financiero y abre la puerta a utilizar la trastienda chavista para operaciones opacas de transferencias de fondos que soslayen las limitaciones impuestas a Rusia por parte de la comunidad internacional.

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