La enésima tragedia en un centro de reclusión de Venezuela ha vuelto a poner sobre el tapete el hacinamiento en las cárceles del país caribeño, donde la violencia carcelaria ha empeorado en las casi dos décadas de chavismo, según denuncian legisladores de la oposición, publica el diario ABC de España.
El incendio en la comisaría de Valencia (Carabobo), con casi 70 víctimas mortales, ha evidenciado que las autoridades utilizan los centros de detención preventiva –donde los arrestados no deben permanecer más de 48 horas– para paliar la superpoblación en las prisiones.
En Venezuela existen 178 centros de detención preventiva en la jurisdicción civil y 20 en la jurisdicción militar, según la ONG Una Ventana a la Libertad. Su director, Carlos Nieto, asegura que la superpoblación en las comisarías es del 400%.
Pero el hacinamiento no es el único problema de los centros de detención preventiva. Según Una Ventana a la Libertad, el 62% no posee servicios higiénicos, el 64% carece de agua potable, el 52% de servicio de recogida de basuras y el 100% no dispone de servicio de lavandería. A la insalubridad se suma que el 98% de las comisarías no tienen servicio médico.
Los presos están hacinados en instalaciones insalubres y no precisamente cómodas. El 96% no cuenta con comedores, el 92% no tienen zonas recreativas y el 86% no dispone de áreas de visita. Las mujeres y menores tampoco disponen de zonas propias. El 99% de las comisarías no tienen zonas especiales para menores de edad, el 61% carecen de espacio para las mujeres y el 100% no cuenta con áreas para mujeres con menores de edad o lactantes.
Esta ONG que se ocupa de la situación de los presos en Venezuela responsabilizó del motín en Valencia a la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela.
Siga leyendo en el ABC de España