Aceite de orégano
El aceite de orégano silvestre (Origanum vulgare), tiene un alto poder antibiótico que puede ayudar a combatir diferentes tipos de microorganismos. Este tipo de aceite es de color dorado o amarrillo oscuro, con un olor picante fuerte.
¿Cómo utilizarlo?
Hongos en los pies o las uñas: Agregar un par de cucharaditas de aceite de orégano en una bañera con agua caliente y sumergir los pies 10 minutos. Otra opción es mezclar una gota de este aceite con una cucharadita aceite de oliva y luego aplicarlo directamente sobre los pies y las uñas.
Parásitos e infecciones: Mezclar una gota de este aceite con una cucharadita aceite de oliva y ponerlo bajo la lengua. Mantener esta posición y enjuagar. Repetir 4 veces a día.
Sinusitis: Poner unas gotas de aceite de orégano en una olla con agua hirviendo e inhalar el vapor.
Ajo
Sin duda el antibiótico natural por excelencia es el ajo. Este ingrediente natural mata no solo a los patógenos y las bacterias, sino también hongos y virus, sin perjudicar la flora intestinal beneficiosa.
¿Cómo utilizarlo?
Por sus fitoquímicos y componentes de azufre de curación, es adecuado para combatir los radicales libres.
Tiene propiedades antibacterianas, antifúngicas, e incluso cualidades antivirales.
El ajo actúa como un potente antioxidante y protege contra el daño del ADN.
El ajo combate gusanos y parásitos.
Ideal para tratar heridas, hongos en las uñas y en los pies.
Ayuda a prevenir infecciones intestinales.
Miel de abeja
La miel de abeja cruda está considerada como uno de los mejores antibióticos naturales que podemos encontrar. Ya existe evidencia científica que sugiere que la miel de abeja podría ayudar a combatir diferentes infecciones como las ocasionadas a nivel intestinal.
¿Cómo utilizarlo?
Este antibiótico natural se utiliza a menudo para tratar y prevenir infecciones en la piel.
Son varias las investigaciones que aseguran que la miel tiene una acción positiva en la reducción de la cavidad que causan las bacterias responsables de la placa dental.
Es buena para combatir las infecciones relacionadas con la lactancia materna.
La miel podría combatir 250 tipos de bacterias, incluyendo MRSA (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), MSSA (Staphylococcus aureus sensibles a la meticilina), VRE (enterococos resistentes a la vancomicina), Helicobacter Pylori (que puede causar úlceras de estómago).
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