¿Qué se hizo la coherencia política?, por Guzman González Urdaneta

¿Qué se hizo la coherencia política?, por Guzman González Urdaneta

Un día le preguntaron a Mahatma Gandhi, acerca de los factores que destruyen al ser humano. Y él respondió así: la política sin principios. El placer sin compromiso. La riqueza sin trabajo. La sabiduría sin carácter. Los negocios sin moral. La ciencia sin humanidad, y la oración sin caridad.

Justo me he quedado con lo primero “la política sin principios”, pero yo le agregaría “y sin coherencia”. La coherencia en todo discurso es primordial sobre todo cuando hay un país que clama respuestas y soluciones. Ser coherente es tener conexión de unas cosas con otras, pero también significa ser responsables con lo que hacemos y decimos.

Ahora bien, ¿usted cree que es coherente la dirigencia opositora en Venezuela? Yo tengo mi propia opinión, -también soy opositor al Chavismo y Madurismo-, y no es más que la lógica escondida en falsos discursos, que adormecen las ganas de todos. No se puede entender como luego de casi dos décadas sigamos en el mismo lugar, con los mismos gobernantes y las mismas políticas. Por otro lado, las mismas caras con nombres distintos: Coordinadora Democrática, Mesa de la Unidad, Frente Amplio y para usted de contar cuantas coaliciones hemos visto y apoyado para tratar de buscar una salida.





Prefieren darle la mano y abrazos con besos incluidos a Rodríguez Torres, Luisa Ortega Díaz, Gabriela Ramírez, que son Chavistas y culpables de cientos de casos de muertes y corrupción, hasta el punto de incluirlos en el nuevo Frente Amplio, pero rechazan, excluyen e insultan a líderes como Leocenis García quien presentó una verdadera propuesta de rescate económico, a Antonio Ledezma y su grupo de diputados que pidieron la salida del régimen y hasta la misma María Corina que viene poniendo ganas a la lucha por liberar a Venezuela. Este párrafo es brutal, y me disculpan la expresión. Reflexión obligada, diría yo. Los radicales me dirán que esto es dividir, así los han manipulado.

La culpa no es de la vaca, no. La culpa esta vez es de la coherencia política que hace vida en Venezuela. Nos dicen que el Consejo Nacional Electoral (CNE) es ilegal, pero se suman y se inscriben, afirman que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) es ilegitimo e írrito pero introducen recursos de amparo e interpretaciones constitucionales, declaran que el Ministerio Público es usurpador y sin validez, pero acuden para denunciar casos y más casos, exigen a la Defensoría del Pueblo garantías de Derechos Humanos pero a la vez no la reconocen. Durante la gestión de Julio Borges como presidente de la Asamblea Nacional, se destituyó a Maduro y se desconoció su mandato, sin embargo a los días lo invitaron a medirse en elecciones para que se diera cuenta el rechazo del pueblo y también para que no se nos olvide, el 16 de julio del pasado año se convocan a los ciudadanos a votar por tres preguntas y desconocer a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), y aunque el pueblo votó a favor, pareciera que fue una pérdida de tiempo y de esperanzas.

No me vengan con el cuento aburrido que esto es división, no, no lo es. Y que el enemigo es el Gobierno. En política debemos autocriticarnos, autoevaluarnos y ser sensatos. No podemos callarnos y dejar que los amos decidan por nosotros. Eso lo hace el PSUV en donde una sola voz decide por ellos y sin dejarlos hablar ni opinar. ¿Queremos ser PSUV? Entonces vamos a exigirles a nuestros dirigentes coherencia y principios. No se puede caer en radicalismos.

La solución que veo a este desastre garrafal, es un acuerdo nacional, gobierno y oposición, es la manera. No hay otra. Quítense la idea errada de una invasión militar, eso no pasará. No se puede caer en el juego del Gobierno. El régimen de Maduro, tiene todos los poderes de Estado a su favor y controlados. Sí, todos porque hasta a la Asamblea Nacional le quitaron la voz. Necesitamos un acuerdo nacional de verdad, no falso.

Imagínese, Dios nos guarde, secuestran a un hijo suyo. Usted tendrá que negociar para que le devuelvan la libertad a su ser, pero estando consciente que con quien va a negociar, es un criminal, un delincuente. Aun así necesita hablar con él y encontrar salida. Señores, hasta Ghandi tuvo que negociar, si lo sé, no eran los mismo tiempos pero los acuerdos en cualquier momento y cualquier parte del mundo son necesarios. Sigue siendo un proceso complejo, y necesita además un reiterado análisis para su discusión. No podemos suicidarnos políticamente y tomar de la mano la contienda electoral como vía única válida y posible. Los acuerdos son necesarios. Es la verdad.