El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva fue aclamado este sábado al grito de “¡Lula libre!”, al participar en una misa antes de su posible entrega a la justicia para empezar a cumplir una pena a 12 años de cárcel por corrupción.
La misa se lleva cabo en un camión de sonido convertido en capilla, frente al Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, donde el exmandatario de izquierda (2003-2010) permanece atrincherado desde hace dos días.
Lo acompañan varias personalidades, entre ellas la destituida expresidenta Dilma Rousseff, su heredera política.
Un cura enumeró en un momento la lista de cinco expresidentes brasileños que en algún momento conocieron la prisión, antes de agregar: “Y ahora… Lula”, levantando un clamor de la plaza: “¡Lula libre!”, “¡Lula libre!”.
Según diversas fuentes, Lula podría entregarse durante el día a las autoridades para cumplir su condena.
La esposa de Lula, Marisa Letícia, falleció en febrero de 2017. Este sábado hubiera cumplido 68 años. Su nombre figuraba en la causa que llevó a la condena de Lula, como beneficiario de un apartamento en un balneario ofrecido por una constructora a cambio de facilidades para obtener contratos en Petrobras.
Lula siempre negó esos cargos y al despedir a quien fue su compañera durante cuatro décadas y con quien tuvo tres hijos expresó su deseo de que “los criminales que levantaron ligerezas contra Marisa tengan (un día) la humildad de pedir disculpas”.