Pedro Castro Guillén: Aclaremos posiciones en relación a las elecciones del 20 de mayo

Pedro Castro Guillén: Aclaremos posiciones en relación a las elecciones del 20 de mayo

Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog
Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog

Es necesario aclarar las posiciones que se juegan en las elecciones del 20 de mayo, porque de ello dependen las alternativas para salir de la inmensa crisis que sufre el país producida por el castro-chavismo-madurismo. La cuestión no es entre quienes quieren participar y los que no, ese no es el núcleo del problema, sino lo que nos jugamos con la legitimación o no de una tiranía.

Los que participan en las elecciones en respaldo de la asamblea nacional constituyente (anc) y en la jugada con Nicolás Maduro, presentan sus argumento desde la posición de que ellos participan en virtud de que la oposición tradicional agrupada en la MUD y en los sectores civiles democráticos que hoy se organizan en el Frente Amplio (FA) están llamando a la abstención como una forma de enfrentar al régimen; de ahí surgen una batería de argumentos políticos y de enjundia académica que demuestran que la vía electoral es una forma de salir de las dictaduras, con lo que se presenta la posición del FA como una actitud de caprichosa antipolítica.

Nada más falso y manipulador. La vía electoral ha sido sostenida por la oposición como una forma de dar de baja a la dictadura apoyada en la evidencia histórica y en los estudios provenientes de las ciencias políticas sobre la materia y en nuestra propia experiencia como Nación. Hasta el momento en que el Sistema Electoral dejo de ofrecer garantías del derecho al voto y del derecho a elegir. Los participacionistas argumentan que el sistema electoral es el mismo con que se ganaron las elecciones del 2015, con lo que con una avalancha de votos se puede derrotar la trampa. Esto es falso en un doble sentido. Esto es muy importante explicarlo:





Hasta el 2015, la oposición lidió con una trampa electoral que consistía fundamentalmente en lo que se llamó la operación salami, es decir, pequeñas rebanadas de votos que se le arrebataban a la oposición donde cada una era insignificante estadísticamente: los múltiples cedulados, los muertos que votan, la intimidación de testigos electorales, la intimidación de votantes, y un largo etcétera,  sólo cuando se consolidaban eran importantes y podía ser decisiva, esto hizo la diferencia en las elecciones del zurdo. Pero el sistema electoral de voto electrónico podía contar los votos con neutralidad instrumental. Con este sistema se podía derrotar al oficialismo como efectivamente sucedió en las legislativas de D15, con el voto masivo y con un aparato electoral muy eficiente y con los testigos en cada centro y mesa de votación, que permitió recoger las actas que demostraban la victoria de manera clara y contundente, se ganó con la mayoría, las 2/3 partes de los diputados.

Hoy, no es ese, el sistema electoral que enfrentamos. La operación salami es hoy más descarada y compleja. Incluye además de lo brevemente señalado: los puntos rojos que trae la modalidad del carrusel, todo un mecanismo de manipulación del elector que recibe los beneficios del régimen; la movilización de centros electorales con mayoría opositora a sitios inaccesibles con dominio de los colectivos oficialistas, la operación masiva de intimidación de testigos electorales y un plan república absolutamente al servicio del oficialismo. Y, además, y esto es lo decisivo, el sistema electoral de voto electrónico está totalmente corrompido, sólo el madurismo tiene el control de lo que ahí sucede, con lo que deja de ser cierto que una votación masiva opositora pueda derrotar al sistema.

Un asunto de importancia a señalar es que el FA no está llamando a la abstención ni abjurando de las elecciones, ni mucho menos deslegitimando el voto, muy por el contrario, está haciendo un llamado a la lucha por condiciones electoral justas, que no son ideales –esas las tendremos cuando se derrote a la dictadura-, donde las condiciones de asimetría no sean tan descomunales como en el presente, condiciones electorales justas es una reivindicación por el derecho al voto y el derecho a elegir que le es consustancial, porque prevalezca una condición de incertidumbre en el momento del sufragio.

El chavismo-madurismo, decidió no dejarse derrotar más en unas elecciones, aprendieron la lección de las legislativas del D15, lo ha dicho en Román paladino Delcy Rodríguez, por ello decidieron perfeccionar el sistema electoral para garantizar su victoria, es decir, lo rediseñaron para que “decidiera” siempre a su favor, perdió su neutralidad instrumental. Con lo que lo postulado por la literatura académica sobre la salida electoral y la experiencia histórico-política debe ser puesto bajo otra perspectiva, estamos frente a otra experiencia que será por mucho tiempo un nuevo caso de estudio.

Los participacionistas pretenden que sectores opositores los consideren una alternativa cuando lo que pretenden es ignorar y validar la trampa montada por el oficialismo. No hay garantías electorales, que se recrudece con la falta de observación electoral independiente nacional e internacional, como lo acaba de demostrar la decisión de la ONU de no enviar misión electoral por considerar que estas elecciones son ilegitimas, otro asunto que los participacionistas ignoran. Insistir en arrastrar a la ciudadanía a una celada electoral para legitimar al madurismo es todo menos una alternativa. El ciudadano lo sabe, quiere votar, quiere elecciones, pero no estas donde sería abierto en canal por la estafa del oficialismo, eso no es antipolítica, eso es sensatez, madurez y claridad política.

La alternativa está siendo construida por una nueva alineación de fuerzas nacionales e internacionales que devolverán el país a la senda democrática y republicana.

Pedro Vicente Castro Guillen                           @pedrovcastrog