El certificado de vacunación contra la fiebre amarilla es un requisito indispensable al momento de emigrar del país, bien sea en autobús o en avión. Desde hace un tiempo, obtener o realizar cualquier trámite en un ente público, en Venezuela, se volvió un negocio, sobre todo en el sector salud, con la venta ilícita y a sobreprecio de medicamentos e insumos médicos. Esto sucede en el Ambulatorio Urbano III Dr. Francisco Gómez Padrón de Maracaibo, mejor conocido como La Sanidad, donde empleados del centro de salud pública venden los cartones de vacunación contra la fiebre amarilla entre los 700 mil y el millón de bolívares. Así lo reseña laverdad.com
El que llegue directo a la taquilla de información para solicitar la vacuna, enseguida los empleados afirman que desde diciembre estas no llegan al centro asistencial y que no saben cuándo llegarán, sin embargo, a la persona que vean con mucha necesidad de la misma, los trabajadores, entre dientes y con baja voz, explican que “aquí se venden los cartones, si tanto lo necesitas”.
Principalmente en Maracaibo, por ser la capital de un estado fronterizo, al igual que el comercio ilegal de medicinas y alimentos de primera necesidad en el centro de la ciudad, empleados de las entidades de servicios públicos se aprovechan de la necesidad y desesperación de los ciudadanos que, para emigrar, necesitan de ciertos requisitos que son otorgados por las instituciones del Estado. Así como los “gestores internos” para agilizar trámites de pasaportes, antecedentes penales, entre otros, ahora los centros de salud del Estado también cuentan con personal que negocia con los certificados de vacunación.
Estafa inmunológica
Los centros de salud privados también proveen la inmunización contra esta enfermedad infecciosa, pero solo instituciones médicas adscritas al Ministerio de Salud, como los Centros de Diagnóstico Integral (CDI), ambulatorios o jornadas especiales, tienen la potestad de otorgar las tarjetas de vacunación. Debido a esto, el personal de Sanidad recomienda a sus “clientes” que si desean realmente colocarse la vacuna, pueden hacerlo por la vía privada y luego pagar para que se le entregue el certificado en el ambulatorio, aunque esto no es un requisito indispensable. “Igual si no te vacunas, tú pagas y aquí igual se te da el cartón que certifique que sí”, aseguró el empleado público.
Para cuidar sus espaldas, no importa la fecha en que se haya colocado la vacuna antiamarílica, de cualquier forma las personas que venden los cartones, colocan que estas fueron puestas a los pacientes durante la fecha de diciembre, para coincidir con el tiempo en que tiene sin llegar a la unidad asistencial dichas vacunas. “Te pones de acuerdo con la persona, le transfieres, le das tus datos y vienes aquí solo a retirarlo”, así indicó el trabajador que se realiza el proceso.
Las personas que se dedican a esta venta ilegal alegan que se ven en la “obligación” de recurrir a otros medios para conseguir el sustento diario del hogar, en virtud de que los sueldos que perciben por parte del Estado no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas. “Cuando ya quedan pocos cartones, las enfermeras los empiezan a vender”.
A pesar que el presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció que el pasado viernes 6 de abril inició el Plan Nacional de Vacunación 2018, contra 14 tipos de enfermedades, en el estado Zulia aún no arranca el operativo por la falta de vacunas.