Un grupo de senadores brasileños visitará este martes al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde el pasado 7 de abril en la sede de la Policía Federal de Curitiba (sur), después de haber obtenido permiso judicial, informaron hoy fuentes oficiales.
Los senadores que visitarán al exmandatario son integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Alta y entre ellos figura Gleisi Hoffmann, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), que Lula, su máximo líder, fundó en 1980.
La cita está marcada para las 14.00 hora local (17.00 GMT) de mañana en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, donde el exjefe de Estado (2003-2010) cumple desde hace poco más de una semana la pena de 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Los parlamentarios solicitaron a la Justicia la visita “a fin de verificar las condiciones de encarcelamiento” del carismático líder “y de los demás presos” recluidos en aquel recinto, siete de los cuales lo están por el caso de corrupción en Petrobras, por el que fue condenado Lula.
En este sentido, la jueza federal Carolina Moura Lebbos, responsable por la custodia de Lula, atendió hoy ese pedido y le dio luz verde, si bien remarcó en su auto que no le ha llegado “ninguna información de violación de derechos de las personas custodiadas” en la sede de la Policía Federal de Curitiba.
Otro de los senadores que verá al expresidente será el líder del PT en el Senado, Lindbergh Farias, quien dijo hoy en declaraciones a periodistas que la expectativa de cara al encuentro “es muy grande”.
“Vamos a hablar con él y vamos a conversar sobre cómo está siendo la prisión (…) pero lo más importante es darle ese abrazo en este momento en el que mucha gente está apoyándole”, comentó.
El senador también pidió a las autoridades organizar una “calendario de visitas” porque “sería importante para la salud” del exgobernante, quien hasta el momento solo se ha visto, desde su ingreso en prisión, con algunos familiares y sus abogados.
La sede policial donde está preso Lula se encuentra en un barrio residencial de la zona norte de Curitiba y está rodeada por decenas de policías que establecieron desde el pasado día 7 un perímetro de seguridad de 100 metros de distancia a cada lado del recinto.
En uno de los extremos, más de 500 simpatizantes del expresidente llegados de diversas partes del país han instalado el campamento “Lula Libre” con la intención de permanecer allí en vigilia permanente hasta que sea liberado su líder.
Sin embargo, ante las quejas de los moradores de la zona por la llegada de militantes y su posterior asentamiento, los líderes del improvisado campamento han tenido que llegar a un acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Paraná para trasladar parte de las carpas a otro punto de la ciudad.
El pasado viernes, la Justicia de Paraná decretó una multa diaria de 500.000 reales (145.000 dólares) para los manifestantes que acampen en los alrededores de la sede de la Policía Federal de Curitiba, pero tras el acuerdo al que llegaron hoy las partes, la acción fue retirada por lo que no tendrá efecto.
EFE