La actual crisis económica que atraviesa Venezuela también está afectando la salud sexual de sus habitantes. Se trata de una situación que incluso ha llamado la atención de la Asociación Médica Británica, organización que publicó un artículo sobre el tema en su más reciente edición y en el que se asegura que los indicadores de salud del país caribeño han empeorado, “dejando a las personas sin acceso a servicios de salud reproductiva”, reseñó el portal Economía y Negocios.
Desde el año pasado, la Federación Farmacéutica Venezolana ha indicado en reiteradas ocasiones que la disponibilidad de anticonceptivos orales en farmacias ha disminuido en 90% desde 2015.
Según José Antonio Villavicencio, presidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Venezuela, una caja de los pocos anticonceptivos disponibles suele costar cuatro veces más que el salario mensual de un venezolano. “El sueldo mínimo está por debajo de los cinco dólares americanos y un anticonceptivo oral cuesta dieciocho. Un adolescente lógicamente no puede acceder y una mujer con un trabajo tampoco”, explica Villavicencio a El Mercurio. Y agrega: “Sin contar que prácticamente no existen y hay que cruzar hasta Colombia para conseguirlos”.
Enrique Abache, ginecólogo y director de Plafam, una asociación civil que controla una red de clínicas de planificación familiar a lo largo de Venezuela, asegura que muchas mujeres hacen filas desde la madrugada en las puertas de sus consultorios para conseguir métodos anticonceptivos a precios más accesibles. Sin embargo, estos llegan cada seis meses y no logran cubrir la demanda, según comenta el médico.
“La industria nacional es casi nula, y los laboratorios internacionales se fueron del país a raíz de la crisis económica, así que nosotros tenemos que importar productos solo cuando hay dinero para hacerlo”, comenta Abache a este diario.
Métodos drásticos
Ante la situación, muchas venezolanas están optando por métodos drásticos de anticoncepción, asegura el doctor Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana.
“Aquí no hay maneras normales de prevenir embarazos. Muchas mujeres piden ser histerectomizadas o esterilizadas como método anticonceptivo. Es absurdo que en un país que hace 20 años iba en vías de desarrollo se tenga que recurrir a estas opciones”, dice Natera vía telefónica desde Caracas.
Según cifras entregadas por Plafam a la Asociación Médica Británica, entre 2012 y 2016, el número de venezolanas esterilizadas aumentó en un 23%.
De acuerdo con los médicos entrevistados, el Ministerio de Salud venezolano dejó de ofrecer anticonceptivos gratuitos, como píldoras, dispositivos intrauterinos y preservativos desde 2015 en todos los hospitales del país.
A pesar de los intentos de El Mercurio por contactar al Ministerio de Salud venezolano, fue imposible acceder a sus autoridades.
La escasez también se ha traducido en un aumento de embarazos precoces, no deseados y una elevación en el índice de mortalidad materna, comenta Jorge Díaz Polanco, investigador del Observatorio de Salud de Venezuela. “Esta crisis se está expresando en el embarazo adolescente. Uno de cada tres partos del país son de alto riesgo porque son de mujeres muy jóvenes”, dice Polanco.
Según la Organización Mundial de la Salud, Venezuela marcaba 95 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos en 2015, una cifra mucho más alta que la de Siria, un país en guerra donde hasta ese mismo año morían 68 madres por cada 100 mil nacidos vivos.
Polanco asegura que la cifra venezolana habría aumentado en los últimos dos años a 136 muertes por cada 100 mil nacidos vivos, lo que tendría relación, asegura, con la escasez de anticonceptivos, que no permite una buena planificación familiar. Sin embargo, los especialistas explican que el gobierno no publica informes epidemiológicos desde hace casi dos años.
“La gente no está enfrentando esto, porque no hay cómo hacerlo. Los anticonceptivos y cualquier medicina ya es un lujo para nosotros”, concluye Polanco.