Los admiradores de la realeza británica desbordan de alegría por el casamiento el mes que viene del príncipe Enrique y la actriz estadounidense Meghan Markle, pero algunos especialistas en salud mental advierten que hay un lado oscuro en tanta excitación: la obsesión extrema y potencialmente peligrosa, reseña Reuters.
Las preocupaciones aumentan ante la profunda fascinación de algunos admiradores de la familia real británica, que parecen estar ahora en su punto álgido desde que Enrique y Meghan anunciaron su compromiso en diciembre de 2017.
Ante los millones de personas atraídas por la historia de amor de cuento de hadas de un príncipe y su novia de Hollywood, expertos en salud mental advierten que los admiradores deben evitar perder contacto con la realidad.
Sue Varma, psiquiatra y profesora asistente clínica del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, dijo que el “fanatismo” se puede intensificar a una obsesión moderada, pero que cuando se profundiza puede generar señales de alerta.
“No tengo ningún problema con que alguien tenga una obsesión con la familia real. No creo que ese sea el problema en sí mismo”, dijo Varma a Reuters.
“Es la falta de otras actividades, la falta de flexibilidad, el hecho de que le están quitando tiempo a otra cosa. ¿Es tiempo que podrían haber pasado con sus hijos? ¿Es tiempo en el que podrían haber estado conversando con su pareja?”, añadió.
Varma dijo que dedicar demasiado tiempo a las celebridades puede llevar a otros problemas de salud mental.
Las obsesiones con los famosos y sus vidas pueden llevar por ejemplo a inconvenientes con la imagen personal, como el trastorno dismórfico corporal. “La gente se obsesiona con las celebridades y muchas veces comienza (…), comienzan a sentir que necesitan cirugía plástica”, indicó la especialista.