“Guac” —como apodaban a Joaquín— estaría hoy al frente del movimiento estudiantil que desencadenó la histórica Marcha por Nuestras Vidas, exigiendo que las vidas y seguridad de los jóvenes se conviertan en prioridades de la clase política, aseguran sus padres. Ellos han emprendido una gesta cívica contra las armas en Estados Unidos con el objetivo de revindicar las vidas de su hijo y otras 16 víctimas de la masacre en la secundaria Marjory Stoneman Douglas el pasado 14 de febrero en la localidad de Parkland.
Por Daniel Shoer Roth / El Nuevo Herald
“Mi hijo no dejó de estar aquí por un accidente, sino porque hay un sistema que permite que los tiroteos sucedan”, explica el padre de 50 años. “Hemos decidido luchar contra esa injusticia. Es lo mas lógico para sentir que, por lo menos, hay chance de que esto, uno, no vuelva a suceder; y dos, tenga sentido de alguna forma, así sea un poquito, lo que le sucedió a Joaquín”.
A fin de respaldar a los excompañeros de su hijo, la pareja fundó Change the Ref (Cambien al Réferi), una organización sin fines de lucro cuya agenda “no es otra cosa que empoderar la agenda de ellos”, mediante instrumentos didácticos, apoyo logístico y activismo, dice la madre de 51 años.
La meta más inmediata, subraya, es frenar, en las elecciones legislativas de noviembre, la llegada al Congreso de políticos con vínculos a la National Rifle Association (NRA). En virtud de ello, iniciaron una campaña para incentivar a los jóvenes a votar y divulgarán entre sus seguidores los nombres de algunos candidatos con dichos nexos.
“Queremos que utilicen sus propias armas, que es el voto”, afirma Patricia Oliver.
Una semana antes del tercer tiroteo escolar más letal en la historia de EEUU, Joaquín, fan de los deportes, fue expulsado de un partido de baloncesto por faltas que su padre, coach del equipo, consideró arbitrarias. Tras una acalorada discusión con el réferi, a ambos los echaron de la cancha. En casa, especularon sobre una conexión entre el árbitro y el otro equipo. De ser cierta —dijo Joaquín— no era un juego limpio.
Fue recordando esa conversación que su padre ideó el nombre de la organización.
Arte contra el olvido
Los padres de Joaquín se han propuesto evitar que la matanza de Parkland sea archivada como otro capítulo más dentro de la epidemia de violencia con armas en Estados Unidos.
“Es muy fácil darse la vuelta y ver la próxima noticia”, reconoce Patricia.
Un componente central de la iniciativa son los “Muros de demanda”, una serie de murales pintados por Manuel con una intención social durante performances en los que miembros del público se suman a la manifestación visual estampando sus firmas.
A mediados de marzo, fueron invitados a la exhibición “Parkland 17” auspiciada por Dwyane Wade, uno de los héroes de Joaquín, en una galería de Wynwood. Manuel dibujó el rostro de su hijo y escribió, en tinta negra, “We demand a change” (Exigimos un cambio). Seguidamente, martilló la obra 17 veces para evocar el sonido de los disparos. Más de 2,500 personas la firmaron.
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