El presidente argentino, Mauricio Macri, declaró este jueves en un evento en el que coincidió con su par chileno, Sebastián Piñera, y el escritor Mario Vargas Llosa que los problemas actuales de Argentina vienen de “una fiesta de populismo que duró muchas décadas”, reseñó EFE.
“Los argentinos tuvimos una fiesta de populismo que duró muchas décadas, como buena fiesta nos emborrachamos y al día siguiente tuvimos un tremendo dolor de cabeza, y eso nos llevo a reflexionar, a decidir un camino del cambio”, dijo Macri en el transcurso de la cena anual de la Fundación Libertad, en Buenos Aires.
En una charla en la que el premio Nobel de Literatura de 2010, Vargas Llosa, actuó como moderador y definió a los dos mandatarios como “profundamente democráticos” y reconoció sentirse “intelectual y políticamente muy cerca” de ellos, Macri cargó contra los sindicatos de maestros, que “se han creído los dueños de la educación pública” y “han llevado al sistema hacia la destrucción”.
Para el presidente argentino estas organizaciones “han acumulado mucho poder” gracias a las huelgas “el daño mayor que pueden hacer, no ponerse frente a la clase”, y en este contexto se produjo un “proceso cultural equivocado” por el que “se llegó al convencimiento de que no había que evaluar a los alumnos, porque eso les traía problemas de presión, psicológicos”.
Este proceso, afirmó Macri, “fue llevando a la destrucción de la cultura del trabajo, del esfuerzo”, y criticó que cada vez que el Gobierno quiere “hacer algo” para mejorar el sistema educativo los sindicatos se oponen, “más allá de que la mayoría de docentes quiere hacerlo”.
“No hay que enojarse con la educación privada, y tratar de anularla. Hay que mejorar la educación publica”, fue otra de las declaraciones del mandatario argentino.
En el mismo sentido, el presidente de Chile, país que Vargas Llosa definió como “el que ha avanzado más rápidamente a la modernidad” en la región y en el que se siente que “uno casi no está en Latinoamérica sino en el primer mundo”, aseveró solo estar de acuerdo con “los estudiantes que piden educación pública, gratuita y de calidad en esto último”.
“Otros Gobiernos caen en los cantos de sirena, de decirle a todos lo que quieren oír o darle a todos lo que están pidiendo”, dijo Piñera, para quien la “igualdad final” en la sociedad “es antinatural, porque somos distintos y cuando garantizamos la igualdad al final de la carrera nadie se esfuerza, nadie se prepara”.
En cambio, el recién investido al frente del Ejecutivo chileno se mostró a favor de “la igualdad al principio de la carrera”, ya que “hay desigualdades que no se justifican, las de la cuna y los privilegios”, pero hay otras que sí, como “las del mérito”, y para que esta última se justifique el instrumento más poderoso es la educación de calidad, especialmente a temprana edad.
Piñera, al lado del presidente argentino, con quien anteriormente mantuvo una reunión, quiso felicitarle porque “el populismo siempre es más fácil, y más fácil de vender en el corto plazo. Pero decirle a un país que tiene que abandonar el populismo y la demagogia y volver a reencontrarse con las verdaderas fuentes y pilares del desarrollo requiere coraje, visión, perseverancia y mucha voluntad”.
Los más de dos años de Gobierno de Macri han sido “difíciles”, según Piñera, que no obstante los comparó con un enfermo de cáncer: “Cuando va al quirófano la cirugía nunca es agradable, pero sin ella el paciente podía seguir deteriorándose”.
“Lo que se esta haciendo es una cirugía que tiene dolor pero es la única forma de que Argentina vuelva a ser el maravilloso país que era a comienzos del siglo pasado”, remató el símil Piñera, y subrayó que ya está comenzando el crecimiento y la creación de empleo en el país vecino, donde se encuentra de visita oficial.
Preguntado por Vargas Llosa sobre la nación que desean en el futuro, Macri apuntó a eliminar la pobreza en el medio gracias a un crecimiento del 4 % anual, y a “salir de esta Argentina que fue inclinándose al vivo, al que hacía el atajo, al que hacía trampas al sistema”.
“Ha faltado un sistema de reglas claras y previsibles que permitan a uno desarrollarse sin que el Estado sea el primero en estafarte con una hiperinflación o quedándose con tus ahorros, cosas que nos han puesto a la defensiva permanente”, concluyó.
Por su parte, Piñera expuso que solamente hay dos continentes que no tienen ningún país desarrollado, América Latina y África, y señaló como objetivo ser el primero en la región “antes de que termine la próxima década”.
Para el presidente chileno, desarrollo “no es solo” pasar de los actuales 25.000 dólares de PIB per cápita a paridad de poder adquisitivo de Chile y Argentina, sino la seguridad, la educación de calidad, gracias a la cual “la calidad de la cuna no siga siendo el mejor medidor de la calidad de la tumba”, los servicios básicos y la protección del medio ambiente, entre otros.
“Seguimos siendo un continente subdesarrollado y casi un tercio de la población vive en la pobreza, y eso no es ni designio de Dios ni por haber sido conquistados por los españoles, es porque no hemos sabido aprovechar el tremendo potencial que tenemos”, opinó Piñera.