Una delegación del Consejo de Seguridad de la ONU visitó el domingo a refugiados rohinyás atrapados a lo largo de la frontera entre Bangladés y Birmania, informaron las autoridades.
Birmania sufre una intensa presión internacional desde agosto de 2017, tras una campaña militar que la ONU calificó de limpieza étnica, algo que las autoridades birmanas desmiente, en el estado de Rakáin, en el oeste del país.
Esta campaña provocó la huida hacia el vecino Bangladés de unos 700.000 rohinyás, una minoría musulmana apátrida en un país muy mayoritariamente budista.
La delegación de la ONU tenía previsto entrevistarse con rohinyás en los campos de refugiados en Bangladés y con la primera ministra del país, Sheikh Hasina.
Después, debe viajar a Birmania donde se reunirá con la dirigente civil Aung San Suu Kyi y debe ser autorizada a sobrevolar el estado de Rakáin, una zona cuyo acceso está fuertemente limitado por las autoridades birmanas.
En Bangladés, el comisario para los refugiados bangladesí, Mohamad Abul Kalam, declaró a la AFP que la delegación de la ONU, compuesta por 26 diplomáticos de 15 países, se desplazó primero al campo de Konarpara donde viven unos 6.000 rohinyás.
Según el jefe del campo, Dil Mohamad, la delegación se reunió con mujeres víctimas de violencia en Rakáin y con personas ancianas.
“Le hemos dicho que nos quedábamos aquí para salvar nuestra vida”, declaró a la AFP. “Tenemos muchas ganas de regresar a nuestro hogar, a condición de que la ONU garantice nuestra seguridad”, agregó.
La delegación debía dirigirse después al campo de Kutupalong, donde cientos de rohinyás se manifestaron con pancartas que reclamaban la restauración de sus derechos en Birmania. Fueron dispersados sin enfrentamientos por la policía, constató la AFP. AFP