Ahora es un empresario venezolano sigiloso y discreto que a sus 57 años vive en una zona residencial para multimillonarios junto a la ciudad dominicana de La Romana. Sus amigos y representantes lo describen como una persona llena de bonhomía y generosidad hacia su gente. Subrayan que vive alejado de la política y el chavismo desde hace más de un decenio, dedicado en cuerpo y alma a sus negocios.
Por Marcos García Rey y Lisseth Boon / El Confidencial
“Lo llaman ‘el Invisible’. Carlos Aguilera, nadie lo ve. Aristóbulo, ¿tú lo ves por ahí? Antes él se veía por todos lados y andaba echando físico por ahí, robando cámara. No; ahora no. Carlos Aguilera, el jefe de la Disip, policía política, anda por ahí, nadie lo ve”. Esas son palabras literales de Hugo Chávez en su programa ‘Aló Presidente’ del 3 de marzo de 2002.
‘El Invisible’ es Carlos Luis Aguilera Borjas, excapitán del Ejército venezolano y jefe de la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención, mandamás de los espías de Chávez por un tiempo y su guardaespaldas más fiel hasta que el líder bolivariano perdió su confianza cuando se produjo el golpe de Estado de abril de 2002. Entonces, Aguilera fue relevado para hacerse cargo de una función menor dentro de su meteórica carrera desde que acompañó a Chávez en la primera asonada fracasada de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez. Hasta 2004, ocupó el cargo de director del Fondo Especial de Jubilaciones y Pensiones para luego dedicarse exitosamente a los negocios.
El paso dilatado de Aguilera por los corredores del poder le granjeó buenas amistades institucionales que le facilitaron el acceso a contratos de intermediación en la construcción del metro de Caracas o a conseguir licencias de provisión de material sanitario para instituciones del Estado. Conocía bien las entrañas del régimen chavista.
La investigación denominada Venezuela Leaks desvela que una parte de su patrimonio ha sido gestionada a través de entidades financieras de banca privada como Compagnie Bancaire Helvétique (CBH), HSBC o la Banca Svizzera Italiana (BSI). Una memoria interna del CBH de septiembre de 2012 recalca: “Su patrimonio está estimado en más de 100 millones de dólares. Dispone de cuentas en BSI, HSBC y CBH”.
El trabajo periodístico desarrollado conjuntamente por El Confidencial y los medios venezolanos ‘Armando.info’, ‘El Pitazo’ y ‘Runrun.es’ se inicia tras la filtración de un conjunto de 300 archivos internos de la entidad de banca privada suiza, cuya sede se ubica en Ginebra, y de documentos acumulados por un gestor financiero especializado en captar clientes multimillonarios de América Latina para llevar sus fortunas a bancos suizos, el francés Charles-Henry de Beaumont.
“Nosotros no queremos ser ricos, ¡ser rico es malo! Es inhumano, así lo digo y condeno a los ricos”, declamó Chávez en un programa de ‘Aló Presidente’ de junio de 2009.
Venezuela Leaks muestra que el espíritu revolucionario de aquella intentona golpista de 1992 donde participó, que fustigaba las políticas del capitalismo, no marcó en exceso al excapitán del Ejército venezolano que optó por abrir negocios en Venezuela y en el extranjero —en países como España—, registrar empresas en paraísos fiscales, tener cuentas en bancos suizos para gestionar su fortuna creada al calor del chavismo y viajar en aviones privados.
Lo hizo con sagacidad y reserva, a diferencia de otros compañeros de armas que se dedicaron a la política o asumieron cargos burocráticos durante casi dos décadas de gobierno chavista. Aguilera Borjas estuvo ‘in situ’ o fue mencionado en 25 de los 242 programas dominicales que condujo el propio exmandatario entre 1999 y 2005. Siempre cauteloso, en esos espacios de radio y televisión oficialista, el exjefe de los espías de Chávez nunca dijo algo más allá de un monosílabo.
Su prudencia le hace volar habitualmente en avión privado. Una memoria interna de CBH de junio de 2013 informa de que “los fondos salientes de su cuenta son pagos personales que en su mayor parte van destinados a los gastos derivados de su avión privado”.
El 26 de marzo de 2018, mediante su abogado en España, Edilberto Galán, respondió vía correo electrónico a los periodistas a un cuestionario enviado hacía una semana. Alegó que las informaciones que obraban en poder de los medios aliados para Venezuela Leaks eran “inapropiadas, falsas e inciertas”.
Consultado el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería de Venezuela (Saime), Aguilera Borjas salió o entró en su país en 243 ocasiones entre septiembre de 2005 y julio de 2017. Hasta 161 de esos vuelos los realizó en aviones privados, aunque los datos oficiales hablan de que desde 2015 solo viaja en ‘jet’. La exclusiva y paradisíaca isla de Aruba es uno de sus destinos favoritos desde Venezuela: hasta 44 vuelos con destino al aeropuerto de Oranjestad. Voló 28 veces a Madrid, más abajo veremos el porqué. Sus negocios han conquistado el cielo.
Aguilera, en Suiza
Las memorias internas de los bancos suizos, elaboradas por empleados de los mismos o por agentes externos que captan clientes, son escritos que tienen el fin de dar legitimidad al patrimonio de los poseedores de activos y a la legalidad de su patrimonio. Principalmente corresponden a las figuras financieras de ‘diligencia debida’ y el ‘conoce a tu cliente’ (‘due diligence’ y ‘know your customer’, en inglés).
“Los bancos están obligados a realizar algún tipo de investigación sobre los dueños de la riqueza que ellos gestionan, pero se muestran muy flexibles cuando se trata de decidir si abren o cierran una cuenta”, explica Gabriel Zucman, uno de los grandes expertos en el mundo financiero internacional y de la economía ‘offshore’. Agrega el autor del aclamado libro ‘The Hidden Wealth of Nations’ (2017): “Muchas cuentas permanecen en una zona gris sobre las que recaen muchas sospechas de que sus fondos hayan podido ser adquiridos de forma ilegal, pero los bancos no tienen demasiado interés en actuar contra esto porque, en definitiva, su mayor interés es aceptar al mayor número de clientes”
Los responsables de esos mecanismos de verificación en Suiza conocían que los llamados PEP (‘politically exposed persons’) —responsables que han ocupado cargos políticos en cualquier Gobierno— tienen restringidos muchos movimientos financieros internacionales en los 10 años posteriores a dejar sus funciones en todos los países. Eso no fue óbice para que Carlos Aguilera Borjas abriera una cuenta en CBH el 19 de noviembre de 2011, cuando aún no había cumplido ese decenio preceptivo de barbecho. El dejó el Gobierno de Chávez en 2004. Además, una de las memorias del CBH , fechada en mayo de 2012, expone que Aguilera era cliente desde hacía años.
Indica una de esos escritos del CBH, datado en 2013, que el dinero llegado a ese banco procedía de cerrar un cuenta en el Banco Espirito Santo y de los dividendos de las compañías de Aguilera Borjas. Concluye ese documento de verificación: “Es un cliente de calidad que no representa graves riesgos para el banco y que deberá ser desclasificado como PEP el año próximo [2014]”.
Según informan los documentos internos de CBH, después de retirarse de sus obligaciones públicas, Aguilera Borjas, “exconsejero personal del presidente, se ha reconvertido en lobista”. Añaden que hacia el verano de 2013 tenía un tercio de las acciones de Netmedical CA, una sociedad de distribución en los sectores privados y públicos de material médico, hospitalario y medicamentos en Venezuela, Cuba, México y otros países. Los archivos del banco suizo afirman que Netmedical se aprovechó del “auge fulgurante de la sanidad de Venezuela debido al programa de intercambio con Cuba de petróleo por médicos cualificados”. Ahí hacían falta labores de ‘lobby’ que Aguilera Borjas ejerció para enriquecerse.
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