El contexto económico de Argentina, marcado por la depreciación del peso y el crédito pedido al Fondo Monetario Internacional (FMI), no acabará en una “crisis” sino en “crecimiento”, dijo hoy el jefe de Gabinete, Marcos Peña, convencido de que las malas vivencias del pasado no tienen por qué repetirse.
EFE
“Nosotros reiteramos nuestra convicción profunda y no basada en voluntarismos sino en datos, hechos y el acompañamiento del mundo, que este camino, pese a las dificultades, termina en el desarrollo y crecimiento que tanto venimos trabajando y esperando los argentinos hace mucho”, remarcó Peña en una rueda de prensa en Buenos Aires.
Esta intervención se da al tiempo que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, comienza en Washington a negociar con las autoridades del FMI un préstamo para afrontar la fuerte depreciación del peso, como ya adelantó el martes el presidente Mauricio Macri.
La decisión del Ejecutivo de echar mano de ese organismo ha sido fuertemente criticada por la oposición, ya que la relación del país con el FMI no ha dejado buenas experiencias en otros momentos clave de su historia, como la grave crisis de 2001, por las duros ajustes exigidos como contrapartida de los préstamos.
“No es cierto que la historia se repita siempre, no es cierto que estemos condenados a vivir una repetición de sucesos, porque este programa (económico) incorpora los aprendizajes de los errores que nos llevaron a las crisis en el pasado”, reiteró Peña, que reconoció que estos días se hayan podido despertar “angustias” y “miedos”.
Por el momento, solo se conoce de forma oficial que entre las opciones figuran la Línea de Crédito Flexible, considerado el menos exigente ya que no conlleva condiciones ni revisiones del Fondo para realizar los sucesivos desembolsos; y el Acuerdo Stand-By, el más habitual, pero que supone una mayor intervención de la institución en las políticas económicas.
Además, diversos medios publicaron que el Ejecutivo el monto del préstamo estará en torno a 30.000 millones de dólares.
“Hay que tener mucho cuidado con los falsos rumores, las informaciones que circulan… no ha habido ningún planteo del FMI para poder condicionar o plantear esta posibilidad de obtener un crédito. Son conversaciones técnicas que se van a dar siempre con toda la transparencia”, añadió el jefe del Gabinete.
Según recordó, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, visitó Buenos Aires en marzo pasado y “dejo un claro respaldo” al proceso económico del gradualismo llevado a cabo por el Gobierno y el rumbo de Macri como presidente, por lo que insistió en que “no hay razones” para esos “miedos que han ido circulando”.
“No hay una situación asemejable a otras crisis (…) No hay razones a nuestro entender para prestar atención a esos fantasmas que se quieren agitar”, argumentó.
Peña insistió en que “en función de la importante situación de déficit estructural” que se recibió del Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015), se ha aplicado el “camino del gradualismo”, el “único viable” en su opinión para “avanzar hacia el equilibrio” de las cuentas públicas creciendo y cuidando a los sectores mas vulnerables.
“Este es el camino que nos va a permitir superar problemas que no solo heredamos del gobierno anterior, sino arrastrando como sociedad desde hace 70 u 80 años y no pudimos resolver”, añadió.
La crisis del peso llegó, insistió, por un contexto global donde crece la vulnerabilidad para las economías que dependen del financiamiento externo, como la argentina, por lo que la ayuda pedida al FMI plantea la posibilidad de que haya “una línea de crédito” -a tasas más bajas del mercado- que haga al país “menos vulnerable” y depender menos de una sola fuente de financiación.
“Nos tocará una etapa ahora donde nos van a mirar más, exigir más, pedir más y estamos a la altura de eso, no hay que tener miedo. (…) Estamos en perfectas condiciones logrando por primera vez en nuestra historia una transición económica y política sin crisis ni trauma como hemos tenido durante casi un siglo”, concluyó.