Los resultados del 20M por @Claudiopedia

Los resultados del 20M por @Claudiopedia

Claudio J. Sandoval @claudiopedia
Claudio J. Sandoval @claudiopedia

El escenario Falcón gana, cobra y los chavistas radicales se van del poder sin chistar, es un atajo fácil y, por lo tanto, luce como el resultado menos probable del 20M. Partiendo de la premisa comprobada de que el régimen manufactura fraudes electorales, surge entonces la siguiente pregunta: Ante la certeza de que los números de la elección más importante para el chavismo de los últimos cinco años serán manipulados a conveniencia ¿cuáles son las proyecciones del fraude?

Un buen punto de partida son las encuestas inventadas por el propio régimen. Según éstas, la participación sobrepasará 13.5 millones de electores y el ganador será Nicolás Maduro, cuya ventaja frente a Falcón oscila entre 13% y el 30%. Por su parte, la diferencia entre Falcón y Bertucci estaría en el rango del 9% y el 20%.

Con base en estas estadísticas falseadas, da la impresión de que el régimen resolvió atenuar el fenómeno abstención. Ello no sorprende, pues una votación con más de 40% de abstención deja en entredicho el liderazgo y popularidad del propio régimen. En otras palabras, la imagen es fundamental para la dictadura y sus números indican que ni siquiera está dispuesta a dejar dudas sobre su capacidad de convocatoria.





Bajo esta perspectiva, el factor abstención tendrá cabida solo si la diferencia entre Maduro y Falcón es de pocos puntos. En ese caso si sería posible afirmar que los abstencionistas eran votantes necesarios para revertir la brecha a favor de Falcón.

Sin embargo, el régimen promociona un resultado diferente, a saber: 56% para Maduro y 44% distribuido entre los otros candidatos, con alrededor de 60% de participación. Ese escenario comporta una brecha del 12% y es el más complicado para Falcón, en cuanto a la explicación de su derrota se refiere.

En 2013, a Capriles no se le permitió auditar las irregularidades de 1%-3% sobre el resultado. Demostrar un mega fraude de más del 10% de votos ilegales es mucho más titánico. Peor aún, en los últimos 20 años los candidatos presidenciales no-oficialistas fueron a las elecciones con conocimiento previo de qué eran menos populares que el candidato oficialista, de acuerdo a los pronósticos de las encuestadoras más serias del país.

Actualmente, la situación es diferente. Las mismas encuestadoras pronostican que, nada más con el voto seguro, Falcón debería ganar con no menos del 10% de ventaja. De manera que aceptar la victoria de Maduro, un candidato abiertamente impopular que fraudulentamente te pone más de diez puntos por debajo, representa una humillación política.

Por esta razón, el montaje electoral más creíble y fácil de justificar por parte de Falcón es aquél donde el resultado consolidado desfavorece a Maduro -porque entre Falcón y Bertucci suman más votos-, aunque individualmente considerado, el dictador es el candidato con la mayor cantidad de votos. Ante esta situación, la excusa lógica es que Falcón pierde porque le hicieron falta los votos de Bertucci, es decir, que la “oposición” no fue unida y perdió. Cabe destacar que el pastor evangélico, quizás previendo el escenario, ha insistido en las últimas semanas que sus votos no migran, y por ende, su renuncia a favor de Falcón resultaría inútil.

La otra posibilidad es la reedición del escenario Capriles 2013, es decir, Falcón –y/o Bertucci- canta fraude, monta su show mediático pero nunca cobra la elección sino que se apacigua eventualmente, mientras macolla para convertirse en el máximo líder electoral de la “oposición electoral”.

En síntesis, el régimen no solo presenta la profecía auto cumplida de que ganará la simulación electoral, sino que lo hará con una amplia brecha, una victoria contundente. Los indicadores que he venido comentando en semanas recientes me hacen pensar que Falcón -implícita o expresamente- continuará cohabitando con Maduro. Amanecerá y veremos…