El tema PDVSA sigue preocupando en el ámbito internacional, aun a riesgo de parecer muy duro, desde nuestro punto de vista para ser de mayor intensidad la preocupación externa que la interna, aclarando que definimos interna, la irresponsabilidad oficial y el poco interés en la oposición sobre un tema de seguridad nacional.
Por Horacio Medina @unape
O se ignora o se desconoce el alcance de este colapso.
Es obvio que para el ámbito internacional, la pérdida de casi 600 mil barriles en la producción de Venezuela, en menos de un año, representa un factor no contemplado, que se ha unido a la declaración de Donald Trump de abandonar el convenio nuclear con Irán, para acelerar el aumento de los precios del crudo.
Por otra parte, la decisión de Conoco-Phillips de actuar en el ámbito legal para cobrar los 2 mil 40 millones de dólares que el tribunal arbitral de la Cámara de Comercio Internacional, con sede en París, Francia, ha constituido un elemento que ha despertado el interés internacional en varias direcciones.
Comenzaremos por decir de manera categórica que las implicaciones de esta acción de Conoco-Phillips, tiene un impacto de marca mayor que estaremos viendo en toda su dimensión en las próximas semanas.
Por una parte, es obvio que PDVSA, ni tiene el dinero para pagar, ni tampoco tiene la disposición para buscar alguna opción alterna. Simplemente, en un acto supremo de irresponsabilidad, da por perdidas las instalaciones en el Caribe, de gran importancia logística y comercial
La cúpula del régimen y los ineptos e inescrupulosos directivos de PDVSA, parece no importarles perder la operación de centros de almacenaje y mezcla de crudo y productos en el Caribe, ni tampoco la operación en la refinería Isla de Curazao, lo cual ciertamente, no representa quizás perder un gran negocio, que podríamos decir genera pérdidas, pero que resulta ser muy estratégico y provechoso en otros sentidos, teniendo en cuenta la calamitosa situación del sistema de refinación nacional que no produce ya, prácticamente ni gasolina ni diésel.
Por otro lado, dejan perder las instalaciones de almacenaje y centro de mezclas en Bonaire, desde donde se despachaban grandes super-tanqueros con crudo pesado y residual, a China tomando la ruta de la Patagonia, lo cual representaba un ahorro de flete importante.
También en Bonaire se recibía nafta y otros diluentes como crudos livianos para realizar mezclas para exportación. Esta operación de mezcla deberá hacerse ahora en Jose, con incontables problemas de logística y almacenaje que podrían incluso llegar a provocar cierres de producción en campos de la Faja.
Estos personajes, que manejan a PDVSA, aducen que podrán seguir despachando a China el crudo y el residual en grandes tanqueros, pero de menor volumen, por la vía del ampliado canal de Panamá, lo cual es cierto, peo que incrementará para PDVSA el pago del flete de estos barriles que deberán ser enviados a China. Quizás en algún valor ubicado entre 3 y 5$/B, esto en contra del patrimonio nacional.
Ya se había perdido el 10% de la capacidad de almacenaje que contemplaba el convenio de San Eustaquio. Muy probablemente, se pierda la capacidad de almacenaje y mezcla en Aruba. Además queda por aclarar una extraña y confusa operación por la cual, también se perdió la participación del 49% en la “refinería” de Cienfuegos en Cuba.
Queremos entonces puntualizar que al perder Aruba, Curazao y Bonaire, PDVSA pierde una importante capacidad de almacenaje y centros de mezclas, lo cual complica al máximo la logística que Jose no está en capacidad de manejar. De modo que lo peor está por verse.
Sin embargo, esta legítima acción de Conoco-Phillips que va contra activos de PDVSA y embargo de crudo y productos, tiene otra arista muy peligrosa.
Los tenedores de bonos están comenzando a organizarse para demandar los pagos de sus intereses o porciones capitales vencidos y no honrados.
Es decir declarando “default”. Estos tenedores de bonos, ya saben que PDVSA no tiene dinero para pagar a Conoco-Phillips y tampoco a ellos, además la producción sigue y seguirá cayendo, lo cual implicará menos ingresos y la debacle total de PDVSA.
A esto debemos sumar otras demandas que están allí y otras por venir, empresas de oro, empresas de servicio medianas, ExxonMobil, Conoco-Phillips (CIADI), Halliburton, Schlumberger, etc.
Por todo esto, los tenedores de bonos parecen haber decidido a actuar, y pronto, sin que haya ninguna voz de esperanza y confianza, en posibles cambios en la conducción del país.
El concepto de la táctica militar de “Tierra Arrasada”, cada día se hace más evidente.
Pocos parecen comprenderlo.