Vemos con preocupación cómo en la medida de que sigue aumentando la crisis nacional así lo hacen nuestras calamidades sociales, con sus secuelas en nuestra calidad de vida, lo cual al ser analizadas destacan la gravedad de la misma en las crecientes limitaciones que cada día obligan a reducir la capacidad de compra de las familias, viéndose como disminuye el consumo de alimentos esenciales como: Carne, pescado, queso, pollo, arroz, harina de maíz y trigo, pastas alimenticias, entre otros.
Nota de Prensa
Observándose caídas angustiante de hasta un 70% del consumo de algunos de estos alimentos en los últimos 3 años. Lo cual tiene sus efectos en la salud y capacidad productiva de quienes no se alimentan adecuadamente. Es evidente la estrecha relación existente entre la reducción de la cantidad de alimentos que pueden ser adquiridos por las familias al compáralos con sus ingresos mensuales, con el crecimiento de los niveles inflacionarios empujados por la política monetaria expansiva del Banco Central, considerada por los distintos análisis económicos evaluados como la principal razón de la crisis nacional en que nos encontramos.
No se justifican los niveles de deterioro social observados en los últimos 3 años, al poseer el país las capacidades instaladas para producir y así cubrir casi todas las necesidades de consumo de las familias. Pero nos encontramos que gran parte de la capacidad productiva de la nación, se encuentra con limitada actividad con resultados de producción a muy bajo niveles, obligando a tener que importarse buena parte de las necesidades de consumo de alimentos y medicinas.
En este momento al tener baja producción nacional se estima en apenas un 30% de las necesidades del país y una reducción en los volúmenes de importaciones. No se puede cubrir la demanda nacional en las cantidades de productos necesarias para cubrir el consumo, lo cual complica aún más nuestra situación al tener que reducir la cantidad de alimentos y medicinas esenciales, que se necesitan adquirir para las necesidades familiares.
Los efectos de estas calamidades sociales que limitan nuestra tradicional forma de vida ha tenido preocupantes efectos en la población, al ver como se reduce nuestra calidad de vida y un crecimiento muy preocupante de las limitaciones que nos afectan. Las cuales están a la vista y son numéricamente verificables de acuerdo a las estadísticas disponibles.
También observamos como la reducción inconveniente del consumo de alimentos se refleja en la pérdida de peso, con una desnutrición evidente que afecta a buena parte de la población, lo cual complica aún más la crisis al observar una mayor desmejora en los servicios de salud y no poder obtenerse los tratamientos médicos necesarios.
Todas lo cual demuestra como la crisis nacional crea todas las calamidades sociales que padecemos y siguen aumentando con sus consecuencias en nuestra calidad de vida. Están a la vista sus efectos y causas en los venezolanos. El ejemplo más impactante lo tenemos en el crecimiento de los niveles de pobreza extrema y crítica que ya se acercan al 60% el número de familias Venezolanas afectadas. Lo cual son evidentes al comparar sus ingresos familiares mensuales con el costo de la canasta básica alimentaria.
Vicente Brito