El 14 de diciembre de 1947 se realizaron en Venezuela las primeras elecciones libres, universales, directas y secretas, convocadas por el consejo supremo electoral, luego que la Asamblea Nacional Constituyente que presidió el poeta del pueblo venezolano Andrés Eloy Blanco, redactara la nueva Constitución Nacional, en la cual se consagró por primera vez en la historia política venezolana, la elección directa por el voto popular del Presidente de la República y de los diputados y senadores del Congreso Nacional. En el proceso comicial compitieron el novelista Rómulo Gallegos, el doctor Rafael Caldera y el candidato del partido Comunista de Venezuela Gustavo Machado, resultando favorecido el primero con 871.752, contra 262.204 de Caldera y 36.514 de Gustavo Machado, al término del proceso y conocimiento de los resultados, la alegría y el alborozo, convirtieron a la nación en una gran fiesta popular, que se celebró hasta en los lugares más recónditos del país, cosa igual ocurrió el domingo 7 de diciembre de 1958 cuando 1.284.092 venezolanos sufragaron libremente para elegir a Rómulo Betancourt, frente a Wolfgang Larrazabal 903.479 y Rafael Caldera 423.262 y en los cuatro puntos cardinales de la república, se hizo sentir el entusiasmo y la alegría de un pueblo que se había expresado para renovar la jefatura del estado y comenzar así la etapa política de mayor estabilidad, crecimiento social y desarrolla de la rural e incipiente Venezuela de finales de la década del 50.
A estos procesos le siguieron la elección del doctor Raul Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez II, Rafael Caldera II, Hugo Chávez, Hugo Chávez II, Hugo Chávez III (sin toma de posesión) y en cada uno de los anuncios de los resultados electorales hechos por el organismo electoral, los protagonistas principales de la jornada, los electores o sea el pueblo, salieron a celebrar en cada una de sus comunidades, parroquias, municipios y estados la victoria obtenida, porque las esperanzas cifradas en el candidato que apoyaron y sus aspiraciones de cambio y progreso se verían materializadas, con el inicio del gobierno que ellos con su trabajo, esfuerzo y su voto, ayudaron a construir y las comunidades que representaban también se verían afectadas positivamente, por la nueva gestión de gobierno.
En el caso de Maduro no ha sido así y en la sobrevenida elección de abril de 2013 y su cuestionada victoria sobre Henrique Capriles, el fervor popular se expresó muy tenuemente, casi que reducido al entorno y la cúpula gobernante, porque más allá de la celebración de Miraflores, el impacto de aquella “victoria”, pasó prácticamente desapercibido, al punto que no tuvo eco en ninguna parte del país, ni siquiera en la parroquia El Valle, de donde dice él ser oriundo. Pero con los resultados anunciados por la pérfida señora Lucena del CNE la noche del 20 de mayo, se perpetró la mayor estafa electoral de la historia, porque nosotros y el mundo pudimos constatar lo ocurrido en el transcurso del día, que en nada se pareció a una fiesta democrática y electoral como estaba acostumbrado él venezolano, porque la inmensa mayoría de los ciudadanos se quedaron en sus casas desmovilizados en rechazo a la farsa y el fraude electoral montado desde su abrupta convocatoria y en los centros de votación sólo se observó a los miembros de las mesas, los militares del plan república y un poco más allá los puntos rojos del régimen, repartiendo dinero, bolsas de comida, escaneando carnets de la patria y no faltaron las amenazas e intimidaciones para aquellos escasos electores, que osaban ir a la mesa de votación sin chequearse. En otras palabras, la lección del 20M pasará a la historia, como el acto democrático de protesta más importante que hemos dado en la lucha por la restitución de la democracia y el triunfo de la rebeldía, porque las elecciones de ayer, además de acompañarlas la soledad y la tristeza, parecieron más bien, un ACTO FUNERARIO COLECTIVO.
“Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes”
@pedrosegundoABP