Estados Unidos atribuyó el viernes a “matones controlados por el gobierno” la violencia que sacude a Nicaragua, donde instó a establecer un diálogo “creíble e inclusivo” e “implementar plenamente” las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Estados Unidos condena la violencia reciente perpetrada por matones controlados por el gobierno, lo que resulta en más muertes de manifestantes en Nicaragua”, dijo el Departamento de Estado sobre las protestas antigubernamentales que en poco más de un mes dejan 78 muertos.
En un comunicado, llamó al gobierno de Daniel Ortega a “crear las condiciones propicias para un diálogo creíble e inclusivo”, así como a actuar según las conclusiones de la CIDH “para asegurar que se rindan cuentas y se haga justicia ante los abusos y las violaciones de los derechos humanos”.
“Instamos al gobierno de Nicaragua a que negocie de buena fe y regrese al diálogo con una agenda para lograr un futuro democrático para todos los nicaragüenses”, concluyó el texto.
Washington ya había condenado la represión de las manifestaciones populares por parte del gobierno de Ortega, llamando al diálogo para superar la violencia.
Las conversaciones entre el gobierno y opositores quedó suspendido el miércoles ante la falta de consenso en la agenda de trabajo, mientras el jueves se sucedieron nuevas protestas en las calles para reclamar justicia y democracia.
La CIDH, un ente autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), pidió el lunes al gobierno nicaragüense dejar de reprimir a los manifestantes, desmantelar los grupos parapoliciales y controlar a los grupos armados que atacan y hostigan a la población civil.
Entre las 15 recomendaciones tras su misión en Nicaragua, la CIDH llamó además a crear un mecanismo de investigación internacional de la violencia.
“La visión nuestra al llegar a Nicaragua era distinta a lo que vimos y luego de casi cinco días nos vamos con una visión bastante más grave de lo que pensábamos”, dijo la relatora especial de la CIDH para Nicaragua, Antonia Urrejola, al participar en una rueda de prensa el miércoles en Washington.
Las manifestaciones contra el gobierno de Ortega comenzaron a mediados de abril como reacción a una reforma al sistema de seguridad social, pero se ampliaron para incluir demandas de justicia por la muerte de decenas de estudiantes tras una violenta represión policial.
Los manifestantes también exigen la renuncia de Ortega, un exguerrillero sandinista a quien acusan de intentar establecer una dictadura familiar similar a la de los Somoza (1934-1979), contra la que luchó.
AFP