La española Garbiñe Muguruza, número tres del mundo, reconoce que uno de los talones de Aquiles en su juego es pasarse de agresividad, y evocó su traumática eliminación de Roland Garros el pasado año ante la francesa Kristina Mladenovic. EFE
“Asumo muchos riesgos en mi juego. Me gusta también tener el control de las cosas y, a veces, soy demasiado agresiva”, reconoció en una entrevista a la revista de “L’Équipe” Muguruza.
Asimismo, contó que existe la presión de tener que ganar más “Gran Slams” (venció en Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017).
“Todo el mundo piensa que porque soy la número tres del mundo solo tengo derecho a perder ante las dos que están delante de mí en el ránking”, reflejó.
Muguruza, nacida en Caracas hace 24 años, también reivindicó su herencia latinoamericana -su madre es venezolana- y evocó el mal trago de su eliminación en Roland Garros en 2017 a manos de Mladenovic.
La hispano-venezolana, que entonces defendía el trofeo, compareció bañada en lágrimas de rabia por la hostil reacción del público francés y por la agresividad verbal de su rival, quien gritó varias veces en italiano “Forza” a cada error de Muguruza.
“En algunos momentos la situación me sobrepasó… Y encima ella gritaba en italiano”, recordó.