Las elecciones en Colombia y en México centran la atención de los analistas políticos en la región. También lo sucedido en España que permite la alianza de Podemos con el PSOE y su eventual participación en el gobierno junto a los partidos independistas vasco y catalán; y lo que pasó en Italia, un nuevo gobierno del Movimiento 5 Stelle y la Liga Norte debe ser analizado para medir su influencia en el proceso venezolano.
La victoria en la primera vuelta de Iván Duque en Colombia es importante pero no es suficiente para garantizar que el candidato chavista Petro pueda ganar la elección de junio y provocar en consecuencia un cambio radical en la política exterior de Colombia hacia Venezuela. La victoria de Petro, que depende del apoyo que pueda dar el electorado que favoreció a Fajardo, produciría un cambio muy negativo en favor de la dictadura de Maduro. El candidato ha dado muestras insinceras de deslinde con el Chavismo, pero es sabido que sería en caso de ganar la elección en junio, el mejor interprete del nefasto proyecto bolivariano.
La situación en México es igualmente preocupante. López Obrador ha logrado una mayor aceptación en las últimas semanas lo que podría determinar su victoria en la elección del 1º de julio de este año, una victoria que produciría también un cambio importante en relación con los Estados Unidos y con Venezuela y su lucha por el restablecimiento de nuestra democracia en el país. MLO muestra también un insincero deslinde con el Chavismo, para ganar votos.
En Europa las cosas no están tampoco demasiado claras. La “destitución” de Rajoy tras la aprobación de una Moción en su contra y la designación del socialista Pedro Sánchez como el tercer presidente del Gobierno Español, apoyado por Podemos y por los grupos nacionalistas vasco y catalán pueden tener un impacto importante en las relaciones con Venezuela y el apoyo a la democracia en el país. Desde luego, la posición de Felipe González quien habría propuesto la vía electoral inmediata para zanjar la crisis que aún con la designación de Sánchez no estaría resuelta, sería determinante en cuanto a la dirección que adoptaría el nuevo gobierno en relación con Venezuela.
En Italia, después de varios meses, se logra la composición de un nuevo gobierno gracias al acuerdo entre el Movimiento 5 Stelle y la Liga Norte, el primero próximo a los ecologistas y distante de Europa, el segundo de extrema derecha, critico de las corrientes migratorias que llegan a Italia y Europa en general. La posición en relación con la crisis venezolano no parece en el caso italiano estar afectada por la composición del nuevo gobierno integrado por partidos disimiles, ausentes los tradicionales en el poder.
Las sanciones adoptadas por la UE y otros países europeos podrían verse afectadas por el cambio de gobierno especialmente en España que con la participación de Podemos, fuerza radical que apoya al régimen venezolano, podría romper el consenso en Bruselas en perjuicio del proceso por lo demás difícil de restaurar el orden democrático en Venezuela en el que están comprometidos los gobiernos de Europa.
No podría ignorarse el impacto que tiene en el proceso venezolano el Informe de la OEA sobre crímenes de lesa humanidad en el país, en el que se involucra no solo a Maduro sino a varios de sus ministros civiles y militares. Los gobiernos de los demás países deberán considerar este Informe como antes lo consideraron, con la mayor seriedad y responsabilidad, el del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Robert Carmona-Borjas