Cerca de 3.000 personas, en su mayoría vestidas de blanco, marcharon este domingo en Lieja, en el este de Bélgica, en memoria de las tres víctimas, dos de ellas policías, del ataque del martes reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
AFP
Los participantes, allegados o compañeros de trabajo de las víctimas y habitantes de la ciudad, desfilaron por las calles del centro. Dejaron rosas blancas en el lugar del atentado y culminaron la marcha soltando cientos de globos blancos.
“Creo que es importante estar aquí, sólo para respaldar a la familia, no para que las cosas cambien. Sino sólo para demostrar a la familia que estamos aquí y que los apoyamos”, dijo a la AFP Marie Pousset.
El martes por la mañana en el centro de Lieja, Benjamin Herman, un delincuente belga de 31 años convertido al islam y radicalizado, mató a dos policías y un estudiante al grito de “Allahu Akbar” (“Dios es grande”).
El agresor fue abatido después por las fuerzas del orden. Al día siguiente el EI reivindicó el atentado.
“Muchas emociones, tristeza. Al mismo tiempo, estamos contentos de ver que la gente se moviliza, está presente y respondió a la convocatoria”, subrayaba otro participante en la marcha, Cédric Callenaere.
La Marcha Blanca había sido inicialmente organizada por iniciativa del club de petanca al que pertenecía Cyril Vangriecken, el joven estudiante al que Herman mató de un disparo.
“Como cristiano ortodoxo, ya no me siento seguro en este país. Si los políticos siguen así, nos vamos a encontrar como en Siria”, se lamentaba otro participante en la concentración, Georges Tuna, originario de Oriente Medio.
Los funerales oficiales de las dos policías -Lucile Garcia, de 54 años, y Soraya Belkacemi, de 44 años- tendrán lugar el martes en Lieja, en presencia de un representante del rey Felipe de Bélgica, miembros del gobierno, autoridades locales y policías de todo el país.
Por su parte, Cyril Vangriecken, de 22 años, será enterrado el lunes hacia mediodía. AFP