Sociólogo, antropólogo y criminólogo. A Daniel Castro, egresado de la Universidad del Zulia, le ha tocado caminar en una especie de boderline o línea amarilla entre el poder, la poesía, la escritura, la música, la cultura wayuu, el judaísmo, el cine, las cárceles, los presos y la pobreza, todo mezclado en una misma trayectoria, reseña Bien Dateao.
Hijo de la prestigiosa criminólogo y exgobernadora del Zulia, Lolita Aniyar de Castro y del poeta y docente universitario, José Antonio Castro, recientemente fallecidos, salió del país hace 10 años en un periplo de migración continua entre España, Israel y Ecuador, ampliando conocimientos sobre el tema de la violencia y el flagelo de la inseguridad que deja vacíos inminentes en nuestras sociedades.
Castro salió de Venezuela en el 2008 para realizar un doctorado en Madrid, pero regresó posteriormente con el propósito de poner a disposición de la docencia en la Universidad del Zulia los conocimientos adquiridos y de ayudar a erradicar el delito en nuestro país, pero nadie se molestó en prestarle atención a los cambios vistos afuera.
De convicción judía, Daniel decide viajar a Israel donde logra conectar con un movimiento criminológico muy importante que estaba reduciendo el delito en muchas partes del mundo.
Siendo Venezuela uno de los países con mayor auge delictivo en el mundo con 21 planes fracasados y más de 100 mil muertes violentas en los últimos 4 años, nunca se ha visto interesado en una política de inclusión científica para enfrentar el delito, lo que ha obligado a profesionales especializados en la materia a tener que aplicar sus planes y resolver los problemas del delito en otras latitudes.
La ciudad de Manta en Ecuador vio en el zuliano Daniel Castro la posibilidad de bajar el auge delictivo e instaurar políticas de prevención y educación para irla desapareciendode forma orgánica.
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