Corto y Picante: “A vender el sofá”, por @FariasJoseLuis

Corto y Picante: “A vender el sofá”, por @FariasJoseLuis

Unos pocos incrédulos de siempre me escriben denostando contra mi afirmación de que el Pranato rojo cayó en sus estertores. No entienden que como producto de la destrucción de la industria petrolera y el quiebre institucional que sacude a la Fuerza Armada Nacional, a lo cual se suma la creciente presión internacional, se ha roto la coherencia interna del régimen y ya no hay tiempo ni forma de que la pandilla gobernante se sostenga en el poder.

El cuadro de los conflictos internos se acentúa a grados determinantes que impiden la estabilidad del Pranato rojo en el poder. Ha estallado la guerra por el botín. La caída estrepitosa de los ingresos petroleros para sostener a los grupos que se mueven en torno a la debilitada dictadura genera fricciones que derivan en cruentos enfrentamientos políticos y personales.

Las zancadillas, traiciones y hasta crímenes son un procedimiento diario del cual no está a salvo nadie en el gobierno. Son a muerte las disputas por el control de las pocas vetas que van quedando para el saqueo indiscriminado como la del oro, el diamante y el coltán de Guayana. El terreno del narcotráfico se torna muy peligroso para transitarlo como años atrás. Y las sanciones a familiares y testaferros constituyen un golpe mortal contra el disfrute de los fondos saqueados a la nación produciendo desesperación en el hampa gobernante.





Entiendo que después de casi veinte años de oprobio muchos no le vean fin a esta dictadura y, peor aún, que estén convencidos de su perpetuidad. No les falta razón para pensar así, aunque están equivocados. Nos encontramos justo en un momento decisivo, rumbo al fin de la dictadura.

Convencernos de ello ayudaría mucho a acelerarlo porque facilitaría la disposición a la tan necesaria Unidad y permitiría concentrar esfuerzos en estructurar un plan de ofensiva política y social para empujar la salida del déspota y su camarilla.

Pero la dirigencia política opositora, en su conjunto, se torna indiferente. Observa con desdén cualquier sugerencia que esté más allá de sus diminutos cálculos y se torna rabiosa en su empeño por no comprender lo que sucede. Se solaza en sus miserias internas y no logra concebir una política para conquistar el poder y estructurarse en torno a ella. Pareciera que es pedirle mucho prestarle un poco de atención al desmadre del Pranato rojo para poder avanzar.

Queda claro entonces que en un futuro no muy lejano le narrarán cómo fue que se derrumbó la dictadura y otros tomaron el poder mientras ella se reducía a sus pequeñeces. O se pone las pilas, o no le quedará otra que “vender el sofá”.