Camiones, trencitos y cavas han sustituido a las ya deficientes unidades de transporte en el estado Zulia. Avilio Troconiz, diputado a la Asamblea Nacional, denunció que actualmente solo el 20 por ciento del campo automotor del sistema público está prestando el servicio de transporte. Considera que de no ser por la aguda emergencia eléctrica que atraviesa el estado, el traslado diario sería la principal mortificación de la ciudadanía.
Nota de Prensa
“Esto es una tragedia. El transporte público se encuentra en emergencia. No hay unidades y ante la ausencia de vehículos en condiciones óptimas para trabajar, se pretende que la ciudadanía viaje en cualquier vehículo, sin importar si está en condiciones o no” manifestó Troconiz, quien además reprochó que el 80 por ciento de los semáforos no estén en funcionamiento producto de los intempestivos apagones en la entidad zuliana.
Detalló que al menos 14 líneas urbanas han desaparecido, producto de los altísimos costos para mantener las unidades de transporte. No obstante, a su juicio es una “aberración” que la respuesta del ayuntamiento marabino sea permisar unidades que representan un riesgo abismal, influyendo en el incremento de accidentes de tránsito. “¿Permisar camiones para llevar a los zulianos como si fuesen ganado? ¿Pedirle ayuda a los camiones de las Fuerzas Armadas? ¿Cómo sube una madre embarazada, un anciano, los niños, a un convoy? Eso no puede ser posible” puntualizó.
Testimonios de la tragedia
Los médicos no llegan a hospitales, docentes no llegan a las escuelas, trabajadores no pueden llegar a sus puestos de trabajo producto del costo de la vida y la ausencia de unidades de transporte para poder circular en el estado. “Exigimos una red de emergencia para médicos, enfermeras y docentes. ¿Cómo funciona un estado sin salud y educación? Es en la capital del Zulia y también en cada uno de los municipios” manifestó Troconiz.
Maritza López, maestra jubilada y usuaria de las unidades, asegura que aunque teme viajar en camiones, debe hacerlo para poder llevar el sustento a su hogar. “Me da miedo pero me tengo que arriesgar, no me queda de otra. Yo tengo que trabajar todos los días”. El pasado viernes fue testigo de cómo uno de los “mecates” que cerraba la compuerta, se desprendió, dejando expuestos a varios pasajeros.