El diálogo nacional de Nicaragua se reanudará este viernes para debatir la propuesta de la Alianza Cívica para democratizar el país y los planteamientos del presidente, Daniel Ortega, con el objetivo de tratar de poner fin a una crisis socio política que ya ha dejado 154 muertos.
EFE
Seis días después de reunirse con los obispos, Ortega contestó por escrito a la proposición realizada por la Conferencia Episcopal (CEN) el jueves pasado y desbloqueó, al menos momentáneamente, un diálogo nacional suspendido desde el pasado 23 de mayo por la falta de acuerdo entre Gobierno y opositores.
“El día de ayer martes hemos recibido la respuesta del Presidente de la República a las propuestas que, recogiendo el sentimiento de diversos sectores de la sociedad y de la inmensa mayoría de los nicaragüense, le presentamos en el encuentro que sostuvimos el pasado jueves 7”, indicó la CEN en un comunicado.
La Iglesia católica, en su calidad de mediadora y testigo, anunció que tras recibir esta contestación decidió convocar “a la mesa plenaria del Diálogo Nacional para el próximo viernes 15 de junio a las 10:00 hora local (16.00 GMT) en el Seminario Nuestra Señora de Fátima”.
“En dicha mesa (de diálogo) estaremos dando a conocer a la comunidad nacional e internacional la propuesta que presentamos al señor presidente y la carta que él nos ha enviado con su planteamiento, lo que someteremos a debate para buscar un consenso”, anunció.
Los obispos plantearon a Ortega el pasado 7 de junio una hoja de ruta para intentar zanjar una crisis sangrienta que ya casi llega a los dos meses. El mandatario les pidió unos días para reflexionar sobre la propuesta.
Durante su declaración diaria, la vicepresidenta Rosario Murillo, señaló que lo mejor para Nicaragua es “la paz y la fe, para caminar rutas de diálogo y paz”.
La dignataria reconoció las dificultades existentes pero afirmó que “con fe, con esperanza y con buen corazón, todos estos tiempos difíciles pasarán definitivamente”.
“Vamos a ser capaces de reunirnos, dejando atrás los odios, los egoísmos, esa incapacidad para pensar en el bien común y en las necesidades de los más vulnerables, de los que tienen menos”, señaló.
La respuesta gubernamental llega tras la convocatoria de un paro nacional para este jueves por parte de la Alianza Cívica.
El cardenal Leopoldo Brenes y el obispo Silvio Báez, se solidarizaron con el paro y llamaron “a los sacerdotes, religiosos y religiosas, y laicos de la arquidiócesis, a que vivamos con espíritu de solidaridad, como ciudadanos y cristianos, el paro nacional de este jueves, como expresión de unidad nacional y de protesta pacífica ante la grave crisis política que vivimos”.
Mientras, la Articulación de Movimientos Sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil, que aglutina a más de 100 movimientos feministas, estudiantiles y de derechos humanos, también mostró su apoyo al ver “con beneplácito y espíritu patriótico y pacífico la realización este jueves de un paro nacional de 24 horas, convocado por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia”.
Por su parte, el presidente del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), Leonardo Torres, minimizó esta convocatoria y señaló en medios del Gobierno que “el mercado que tocamos todos los días, no creo que se vaya a sumar a ningún paro”.
Torres, que se alió con Ortega a raíz del diálogo nacional, criticó que el sector privado no le comunicara esta decisión de convocar un paro, lo tildó de “inadecuado” y recordó que las pequeñas y medianas empresas de Nicaragua representan el 87 por ciento de la economía nacional y son las que más sufren a causa de la crisis.
“Debemos ir abandonando esas prácticas de tomar decisiones absolutas y sin consultas, porque cuando digo que nos sorprendieron, es porque ni siquiera se tomaron la delicadeza de llamarnos, de consultarnos”, sostuvo.
Estas valoraciones coincidieron con la decisión de la ciudad colonial de León de continuar con un paro general iniciado ayer después de que la Policía Nacional y fuerzas “parapoliciales” mataran a una persona y dejaran decenas de heridos.
León se unió a otras poblaciones en paro como Jinotepe o Masaya, que ya cumple 13 días sin ningún tipo de actividades.
Mientras tanto, Nicaragua, que ya vive 57 días de crisis, vio como el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos incrementó el número de muertos hasta los 154, así como la liberación de 17 jóvenes, gracias a la mediación de la Iglesia, o la búsqueda de mecanismos por parte de varias embajadas de América Central para sacar a los centenares de camioneros que se han quedado varados en Nicaragua. EFE