Posiblemente, uno de los mejores encuentros en la historia de los Mundiales: Contra todo pronóstico, la Selección de México consiguió escribir su nombre en el libro de historias del fútbol al ganar 0-1 a la campeona defensora del Mundo, Alemania, quien vendió cara su derrota.
Lucho Suárez | LaPatilla.com
Una grata sorpresa: Por más increíble que suene, nadie esperaba que México se plantara frente a la actual monarca del máximo certamen futbolístico del mundo.
Desde un principio, los pupilos de Juan Carlos Osorio plasmaron un planteamiento táctico impecable. Una defensa sólida, dos mediocampistas mixtos que recuperaran y dieran una salida fluida y rápida, asimismo, un ariete que culminara las veloces contras que protagonizaron a lo largo del encuentro, y vaya que les dio resultado.
La Mannschaft arremetió al Tri en incontables ocasiones, pero los manitos generaron más sensaciones de peligro a lo largo de la primera mitad, y la presión alta que manifestaron frente a los teutones se demostró en el 35‘, cuando Javier “Chicharito” Hernández recibió una rápida recuperación en la medular, y asistió a Hirving Lozano, quien recortó a un zaguero y cruzó la esférica a la derecha del marco defendido por un Manuel Neuer que volvía a la actividad tras su lesión.
Nada es fácil, y menos mantenerse en pie frente a una oncena tan fuerte
La valentía del cuadro norteamericano fue para enmarcarla en los mitos del balompié. Contra las cuerdas, los pupilos de Osorio intentaron las mil y un maneras de frenar a una plantilla de estrellas que intento por todos los medios encontrar el empate.
Guillermo “Memo” Ochoa, posiblemente fue el jugador más destacado del cotejo. Atajadas magistrales y liderazgo en la zaga lo caracterizaron en los momentos más importantes, un factor que motivó a los manitos a culminar su magnífico esfuerzo con creces.
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