Inglaterra se negó a seguir la estela de los grandes equipos que disputan la Copa del Mundo: Caer o empatar frente a selecciones bien paradas y con talentos desconocidos. Los Tres Leones apelaron por la heróica, y de la mano de Harry Kane, superaron 2-1 a una gran Selección de Túnez que nunca bajó los brazos.