El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, telefoneó este viernes al presidente electo de Colombia, el uribista Iván Duque, cinco días después de su victoria en las elecciones generales del país andino.
EFE
Según la agenda de Pence, tenía previsto telefonear a Duque a las 11:45 hora de Washington (15:45 GMT), en el que supone el primer contacto que se ha hecho público entre el Gobierno de Donald Trump y el mandatario electo de Colombia. Pence ha asumido un papel muy activo en la política estadounidense hacia Latinoamérica, y la próxima semana tiene previsto visitar Brasil, Ecuador y Guatemala en su tercera visita a América del Sur.
El Vicepresidente reiteró el compromiso de los Estados Unidos con su estrecha asociación con Colombia y discutió temas clave, incluido el proceso de paz en curso. Los dos líderes discutieron a fondo la grave crisis humanitaria y las condiciones autoritarias en Venezuela, y se comprometieron a seguir presionando para la restauración de la democracia allí.
El Departamento de Estado estadounidense ya felicitó el pasado lunes a Duque, del partido Centro Democrático (derecha), por su triunfo en los comicios del pasado domingo en Colombia, en los que obtuvo más de 10,3 millones de votos, frente a los más de 8 millones de su rival, el izquierdista Gustavo Petro.
“Saludamos la sólida democracia de Colombia y reafirmamos nuestra admiración por su pueblo e instituciones. Estados Unidos espera profundizar nuestra vibrante asociación basada en nuestros valores democráticos compartidos”, apuntó el lunes la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.
“Trabajaremos con el presidente electo Duque para apoyar los esfuerzos de Colombia en combatir el narcotráfico, fortalecer la seguridad, proteger los derechos humanos y garantizar la paz justa y duradera que su gente merece”, aseguró.
Según la portavoz, “Colombia continúa siendo un ejemplo de los ideales que inspiran” el continente a través de “una democracia con elecciones libres y justas” y con “la participación pacífica de todos los líderes políticos y partidos”, además de la observación local e internacional “creíble”.