Kerry Kennedy, una de las hijas del exfiscal general Robert F. Kennedy, se declaró en huelga de hambre para protestar por la política de “tolerancia cero” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha llevado a la separación de familias inmigrantes.
EFE
Kerry Kennedy está siendo acompañada en su protesta por la popular activista Dolores Huerta, así como por once miembros del Congreso de EE.UU. y los actores LeVar Burton, Martin Sheen y Alec Baldwin, que interpreta a Trump en el programa de televisión “Saturday Night Live”, informaron hoy medios locales.
La huelga de hambre comenzó el sábado a mediodía y durará 24 horas, en honor a los 2.400 niños que llegaron a ser separados de sus progenitores, informó en un comunicado la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights, que dirige Kerry Kennedy, la séptima hija del exfiscal, hermano del expresidente John F. Kennedy.
Kerry Kennedy ha decidido hacer huelga para protestar por el “enorme daño” que el Gobierno de Trump está infligiendo a los niños inmigrantes y porque desea seguir el ejemplo de su padre, que acompañó a los activistas Dolores Huerta y César Chávez en su lucha sindical por los campesinos.
Entre los legisladores que se han declarado en huelga de hambre figura otro heredero de la saga familiar: el demócrata por Massachusetts Joe Kennedy, nieto del exfiscal general Robert Kennedy y que este año se encargó de pronunciar la respuesta demócrata al discurso del Estado de la Unión de Trump.
La protesta está teniendo lugar en McAllen (Texas), donde se ubica el mayor centro de detención para niños inmigrantes.
El Gobierno de Trump implementó en abril una política de “tolerancia cero” con la inmigración ilegal, que lleva a procesar criminalmente a los adultos que llegan irregularmente al país, algo que antes no se hacía y que originó la separación de los niños de sus padres cuando estos eran privados de libertad.
Ante las fuertes críticas que generó esa separación, Trump se vio obligado el miércoles a firmar un decreto en el que ordenaba el fin de la separación de familias, pero en el que establece que a partir de ahora los menores deberán ser encerrados con sus padres mientras estos se enfrentan al proceso para ser deportados.
Actualmente, en Estados Unidos, los niños no pueden ser privados de libertad durante más de 20 días, pero el Gobierno de Trump ha pedido a la Justicia que amplíe ese límite.
El Gobierno ya ha reunido con sus familiares a 522 niños inmigrantes, aunque 2.053 menores siguen recluidos, según datos publicados anoche por el Departamento de Seguridad Nacional.