Nunca imaginó nuestro Libertador Simón Bolívar que la imprenta traída por el Generalísimo Francisco de Miranda, la cual no pudo ni tocar suelo venezolano, años más tarde se convertiría en un faro de esperanza, trayendo a la luz el periódico Correo del Orinoco e inundando de esperanza libertaria las aguas y las pampas guayanesas.
Bolívar, como Napoleón Bonaparte, conocía perfectamente del poder y la fuerza destructiva y persuasiva de un solo periódico; con tanto poder de fuego como un batallón de 1.000 hombres. Esa verdad también es conocida por quienes en mala hora dirigen hoy el destino político, social y económico de Venezuela, siendo esa la “verdadera razón” por la cual persiguen periodistas y cierran todo tipo de medios de comunicación social, utilizando todos los infinitos recursos a su disposición.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa lleva contabilizado un número de por lo menos 1.000 comunicadores sociales debidamente graduados y colegiados, quienes han abandonado el país buscando mejores condiciones de vida y tolerancia política para ejercer su oficio en una forma digna y sin amenazas.
A lo largo de toda la historia republicana, desde el mismo 24 de julio de 1.811 hasta nuestros días, nunca hubo tanto acoso a los ciudadanos libres, quienes tomaron el periodismo como forma de ganarse su sustento y coadyuvar a la sociedad en su desarrollo integral.
Desde todos los estados de la República, se reporta cierre de emisoras de radio, televisoras locales, periódicos regionales. A la Radio Fe y Alegría de Tucupíta, Delta Amacuro, por instrucciones directas y precisas de la gobernadora de esa entidad federal, fue ordenado el corte del fluido eléctrico de la estación, por no convenirle al régimen fascista y esclavizador, que el pueblo exprese sus necesidades y angustias por las únicas ventanas disponibles.
A otros reporteros en la capital de Venezuela, se les retiene su material de trabajo obtenidos de las numerosas huelgas y paros, como el de las enfermeras y otros sectores de la salud que se viene escenificando a nivel nacional.
Los periodistas están viviendo la máxima intolerancia de un sistema político no electo ni aprobado por el pueblo venezolano; y además, el rencor, odio y violencia creada por la siembra ideológica de una filosofía no acorde a nuestros principios constitucionales de convivencia pacífica, civilizada, demócrata y de desarrollo.
Aún así no callarán nuestra protesta y reclamo, que es la misma voz de genuinos y auténticos dirigentes sociales y políticos como los diputados Omar Ávila y Aranza Cordero, el economista Iván López, la politóloga Lidis Méndez, Heisy Mejías, Carlos Dordelly, el ingeniero Weulliam Tovar, Israel Nieves, el licenciado Tony Tovar, Manuel Figueroa y un nutrido ejército de venezolanos, -todos integrantes del partido Unidad Visión Venezuela- quienes al mismo tiempo y en una sola voz decimos: “Felicidades a los periodistas en su día”.
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