Miles de nicaragüenses se forman en largas filas en las oficinas de Migración para poner en orden sus documentos y partir al exilio. Sin embargo, estas colas no representan la cantidad real, habría que ir hasta la frontera con Costa Rica, donde de forma tradicional los migrantes cruzan de manera ilegal. Esto lo ha comprobado el investigador José Luis Rocha, quien durante un arduo trabajo de campo en varios puntos ciegos de la frontera tica, ha visto cruzar a cientos de nicaragüenses, reseña La Prensa.
Lo que observó lo ha llevado a concluir que la gente huye de su propio país para salvar su vida. Situación que se repite en mayores magnitudes en Venezuela, donde la diáspora ha desbordado los países cercanos y no tanto en búsqueda de mejores oportunidades, escapando del brazo comunista.
Rocha fue fundador del Servicio Jesuita de Migrantes de la Universidad Centroamericana. Trabaja para la UCA de El Salvador y para el Instituto de Investigación y Proyección Social sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) de la Universidad Rafael Landívar en Guatemala.
Desde hace más de un mes en las sucursales de Migración hay filas de varias cuadras de personas que sacan documentos para salir del país, ¿cómo se interpreta este fenómeno?
Sin duda esto no es representativo de las personas que se están yendo del país. Tradicionalmente al destino que confiesan ir los entrevistados es a Costa Rica, y muchos se van por otras vías, sin papeles, o hay muchos que ya tienen papeles y no necesitan ir a Migración. Yo he hecho trabajo de campo, y sé de varias personas se van vía San Carlos y Los Chiles, y por distintos puntos ciegos de la frontera con Costa Rica, cercanos al río San Juan. Por ejemplo, gente de Nueva Guinea, de Chontales, e incluso de Matagalpa pasan por ahí.
¿Quiere decir que por esa zona puede ser más evidente el éxodo?
Sí. Lo que vemos con las filas en Migración es un síntoma de una decisión popular de que este país se ha vuelto un caldo de cultivo de crímenes impunes, y lo otro que se ha recogido durante las entrevistas a estas personas que hacen fila, principalmente las madres, es que temen por la vida de sus hijos. Es como en la guerra de los 80 cuando se temía que a los hijos los reclutaran una u otra fuerza. Pero ahora lo que se teme es que en estos asesinatos aleatorios, y a veces dirigidos, cualquiera pueda ser el objetivo.
¿Qué efecto podría tener este éxodo?
No se ha hecho un perfil que predomina en las personas que se van. Pero cualquier nicaragüense que se va, no importa que sea un profesional o no, es una pérdida para el país. No importa si estaban cosechando soya, banano o café, o sembrando caña, pero son personas que tenían un conocimiento o técnicas agropecuarias, y ahora las van a aplicar a otro país, que es el que se va a beneficiar de esta capacitación. Es toda una inversión que se ha hecho, empresas privadas, de forma personal, o a través del Estado, es un golpe brutal que no podemos reponer, ya que no sabemos si es temporal o definitiva.
Teniendo en cuenta lo difícil que se ha vuelto migrar, principalmente a Estados Unidos por las políticas que se han endurecido en los últimos años, ¿qué posibilidades existen de que a la gente le vaya mejor que en Nicaragua?
Salvar la vida ya es un gran bien. El bien primigenio, sin el cual no hay ningún otro bien, es la vida. Creo que los que se van están tomando la decisión apostando por la vida, independientemente de lo que les toque hacer. Esto habla de la precariedad de la situación. Es posible que la situación pueda ser diferenciada, ya que puede ser que algunos tengan familiares en Estados Unidos o Canadá, lo cual ayuda a que su asentamiento sea más rápido o más fácil, y también su inserción en el mercado laboral. Estos casos son rarísimos. Casi siempre las personas que salen del país, incluyendo a profesionales, van a caer a otro estrato en la pirámide profesional o de prestigio que existe en la sociedad de destino. Lo raro es que vayan a ejercer la misma profesión y que tengan el mismo abanico de oportunidades. Esto ya es una tragedia que da una idea de la desesperación de las personas.
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