El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elegirá el próximo lunes, 9 de julio, a un nuevo juez del Tribunal Supremo tras la salida del magistrado centrista de la sala, Anthony Kennedy, que anunció la semana pasada su jubilación.
EFE
La decisión del magnate es muy esperada en todos los espectros de la política estadounidense, ya que la elección de un representante del ala más dura de la derecha, tal y como se prevé, podría establecer una hegemonía conservadora sin precedentes en las últimas décadas.
Entre los favoritos de una lista inicial de 25, presentada por la Casa Blanca, destacan cuatro jueces de tribunales de apelaciones federales, una condición casi inherente a cualquier candidato para juez de la sala. Estos los cuatro aspirantes:
– BRETT KAVANAUGH
Nacido en el estado de Maryland, en el área de Washington, Kavanaugh posee entre sus avales una extensa experiencia en materia judicial en los más altos círculos de la política estadounidense. Desde 2006, es juez del tribunal de apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia en la capital.
Kavanaugh, de 53 años, es visto como el principal favorito a hacerse con el asiento entre los medios del país. Uno de los factores que le dan fuerza para ser nominado es su defensa del derecho a poseer y portar armas, un ámbito que ha defendido en la corte en la que ejerce, además de su impecable formación: dos títulos en la prestigiosa Universidad de Yale.
El curriculum del magistrado no ha acallado las voces críticas entre los republicanos, como la del senador Ted Cruz, figura ligada al ala dura del conservadurismo, quien auguró que Kavanaugh decepcionaría a sus votantes en el alto tribunal, según medios.
-AMY CONEY BARRETT
La única mujer entre los favoritos es conocida por sus posiciones ultracatólicas en materia abortista, lo que sin duda le será un aspecto muy favorable para una potencial designación.
Durante su reciente audiencia de aprobación como jueza de un tribunal federal de apelaciones, Barrett, de 46 años, fue duramente criticada por parte de los demócratas, que vieron en sus fuertes convicciones católicas un factor que cuestionaba su idoneidad para ser magistrada.
Uno de los aspectos que juega a favor de la exprofesora universitaria es su juventud, lo que permitiría a Trump cumplir con uno de sus ambiciones: aprovechar al máximo el carácter vitalicio de la plaza de juez del Tribunal Supremo.
– RAYMOND KETHLEDGE
Kethledge es juez del tribunal de apelaciones federal del Sexto Circuito, en Cincinati. En ese puesto, ha dejado clara su convicción “originalista” de la Constitución – es decir que interpreta la Carta Magna como se hacía en el contexto en el que se escribió- y ha rechazado el concepto de “juez activista”, con el que se hace referencia a los magistrados que supuestamente aplican sus visiones para interpretar leyes.
A sus 51 años, Kethledge es el candidato menos mediático, pero es visto por algunos medios como el que más opciones tiene para llegar al Supremo tras haberse forjado en la abogacía privada.
Es considerado muy cercano a los posicionamientos del juez del Supremo elegido por Trump para sustituir al fallecido Antonin Scalia en 2017, el conservador Neil Gorsuch, y llegó a formar parte de los asesores de Kennedy en el Supremo.
-THOMAS HARDIMAN
Hardiman, de 52 años, tiene una historia personal que ya le hizo situarse entre los favoritos en 2017: fue el primero de su familia en ir a la universidad y durante algún tiempo condujo un taxi para poder costearse sus estudios en las facultades de Derecho de Notre Dame (Indiana) y Georgetown (Washington).
Como juez de la corte de Apelaciones del Tercer Circuito, Hardiman comparte bancada con la hermana del presidente, la jueza Maryanne Trump Barry. Ha defendido en varias ocasiones el derecho a portar armas y los derechos de los policías por encima de las garantías de sus detenidos.
Definido por la prensa como un “Gorsuch 2.0”, no se encuentra entre los tres favoritos recogidos por algunos medios, pero su concepción “originalista” en ámbitos como la posesión de armas puede dar alas a su candidatura de cara a Trump.