La enfermera acusada de la muerte de ocho bebés y la tentativa de asesinato de otros seis en el hospital de Chester, noroeste de Inglaterra, ha sido puesta hoy en libertad bajo fianza tras permanecer en custodia policial desde el martes, indicaron fuentes policiales.
La profesional sanitaria, Lucy Letby, de 28 años, cuya identidad han desvelado los medios locales pero que no ha sido confirmada por las fuerzas del orden, fue detenida como parte de una investigación por la muerte de 17 bebés y el “colapso no mortal” de otros 15 entre marzo de 2015 y julio de 2016.
Un portavoz de la policía de Cheshire -el condado donde se desarrollan las pesquisas- confirmó hoy que la detenida había sido puesta en libertad bajo fianza a la espera de que avancen las investigaciones.
El agente resaltó que la investigación tiene “un gran impacto en todas las familias, personal y pacientes del hospital, así como en el público”, en general.
“Es importante recordar que, en el corazón de todo esto, hay un número de familias afligidas buscando respuestas sobre lo que les pasó a sus hijos”, agregó.
El inspector responsable de la investigación, Paul Hughes, dijo a los medios en el momento del arresto que se trata de una pesquisa muy “compleja y sensible” y que están “comprometidos a llegar a conclusiones (…) tan pronto como sea posible”.
El pasado miércoles, un día después de la detención, la policía local investigó la vivienda de la acusada y la de sus padres en busca de pruebas.
Las pesquisas, que empezaron en mayo de 2017, continúan “en marcha” para establecer “en detalle” qué llevó al fallecimiento de los niños, según informó el inspector.
El hospital de Chester, que forma parte de la red del Servicio Nacional de Salud británico (NHS), declinó comentar sobre si algún trabajador ha sido suspendido por el caso.
Letby trabajó como estudiante en prácticas en el centro público durante tres años, antes de terminar sus estudios en la universidad local y especializarse como enfermera infantil.
Desde entonces, la acusada trabajó en la unidad neonatal, especializada en bebés que requieren distintos niveles de cuidados.
Cada año, esta unidad atiende a unos 400 bebés, pero desde finales de julio de 2016 dejó de admitir a niños nacidos antes de las 32 semanas de gestación, momento desde el cual no se han registrado más muertes.
Un informe publicado el año pasado por el Real Colegio Médico de Pediatras y Salud Infantil concluyó que no existe “ninguna causa” que explique el aumento de muertes en la unidad, registradas a partir de 2014.
En ese año tres recién nacidos murieron, mientras que en 2015 lo hicieron ocho y en 2016 seis. EFE