El Episcopado de Nicaragua evaluará si continúa con el diálogo nacional para superar la crisis sociopolítica, luego de los ataques del Gobierno a la población este fin de semana, que elevaron la lista previa de más de 310 fallecidos, informó hoy el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
EFE
“Lo vamos a valorar (…) esperamos que el diálogo no se caiga, pero hemos llegado a una situación en la que verdaderamente hay que preguntarse si este camino el Gobierno está dispuesto a seguirlo recorriendo”, dijo Báez a periodistas.
El diálogo nacional entre el Gobierno y la Alianza Cívica, que representa a la población, inició a mediados de mayo pasado bajo la mediación del Episcopado, con el objetivo de superar la crisis, pero hasta ahora son pocos los avances, debido a la falta de voluntad política de la parte gubernamental, afirmó el obispo.
Dicho diálogo es visto como la única salida no bélica a la crisis, tanto por analistas locales como extranjeros, así como los Gobiernos de diferentes partes del mundo.
“Lo único que hemos encontrado de parte de ellos (representantes del Gobierno) es irresponsabilidad, mentira, dilación, es alargar las cosas”, lamentó Báez.
Los dos grandes objetivos del diálogo nacional son la justicia ante las muertes causadas por la represión del presidente Daniel Ortega y la “democratización” de Nicaragua, lo que se traduce en la renuncia del gobernante, según la Alianza Cívica.
A pesar de eso, el Gobierno se ha mostrado intransigente, y solamente ha cedido a la exigencia de permitir el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh).
El obispo pidió al Gobierno que “diga verdaderamente si quiere dialogar sobre lo que desde el inicio” dijeron que se iba a dialogar, “que era la justicia frente a tantos asesinatos de las masacres cometidas, y la democratización”.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) llamó al reinicio del diálogo para mañana lunes.
Tanto la CIDH, como la Oacnudh han responsabilizado al Gobierno nicaragüense de graves violaciones a los derechos humanos.
Entre las violaciones destacan “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país”, según la CIDH, y que el Gobierno de Nicaragua ha rechazado.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente.
Las protestas contra el Gobierno comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.