April Tinsley, de ocho años, desapareció en Fort Wayne (Indiana) cuando se dirigía hacia la casa de un amigo para recoger un paraguas. Tres días después de ese viernes santo de 1988 apareció muerta en una zanja y con signos de haber sido sexualmente agredida. La policía no logró encontrar al asesino. Durante las tres décadas de investigación, el sospechoso dejó mensajes esporádicos a otras niñas en una bolsa con condones usados donde les decía que eran las siguientes en su lista. El caso dio un giro crucial el pasado mayo. La policía envió el ADN del presunto criminal a una base de datos de genealogía pública. La lista de los posibles autores se redujo a dos y este domingo detuvo a John D. Miller, de 59 años. Cuando le preguntaron si sabía por qué querían hablar con él, contestó: por April Tinsley.
Dos años después del asesinato de la menor de cabellos rubios y ojos oscuros, la policía encontró un mensaje del criminal. En las paredes de madera de un silo ubicado cerca de donde fue hallado el cuerpo estrangulado y a pocos metros del único zapato que se encontró de la víctima, estaba tallado: “Yo maté a April Tinsley. ¿Encontraron el otro zapato? Ja, ja, volveré a matar”. La burla desconcertó a la comunidad y volvió a dar fuerzas a los investigadores, pero no dieron con el sospechoso.
Catorce años después de aquella amenaza, el asesino volvió al ataque. En 2004 aparecieron cuatro notas en hogares distintos de Fort Wayne. Tres de ellas fueron dejadas en bicicletas de niñas, depositadas en bolsas de plástico junto a condones usados y fotos Polaroid en las que el remitente mostraba sus genitales. “Hola, cariño. Te he estado observando. Soy la misma persona que violó y mató a April Tinsely. Eres mi próxima víctima”, decía una de las notas, según el FBI. Además, exigía que la joven informara a la policía sobre el mensaje y amenazaba con que si no veía un artículo al respecto en el periódico o en televisión, haría volar su casa.
El juego del sospechoso no contaba con los avances tecnológicos. Años después de su última aparición indirecta, el Departamento de Policía de Fort Wayne envió las muestras de ADN extraídas de los condones, que coincidían con las encontradas en la ropa interior de la pequeña April, a una empresa de bases de datos de genealogía pública. Este método es cada vez más popular para dar con los autores de los crimenes. La firma redujo los posibles sospechosos a dos hermanos de Fort Wayne.
La policía le siguió el rastro a uno de ellos, John Miller, hasta un aparcamiento de casas rodantes en Grabill, a las afueras de Fort Wayne. Los investigadores sacaron la basura del lugar, incluidos tres condones usados por Miller. Según la declaración jurada de la causa, el ADN coincidía con las muestras anteriores y con el perfil genético encontrado en la víctima. El domingo, dos detectives detuvieron al asesino.
Según el documento judicial, Miller confesó la muerte de la niña de ocho años después de enterarse de que la policía tenía muestras de su ADN que lo vinculaban con el asesinato. Admitió que llevó a la menor a su remolque, la violó y la estranguló para evitar que lo delatara a la policía. Al día siguiente de arrojarla en la zanja, encontró su zapato en el automóvil y lo arrojó.
Miller acudió este lunes esposado de pies y manos a un tribunal del condado de Allen donde se leyeron los cargos preliminares en su contra. Se le acusa de asesinato, abuso sexual de menores y el secuestro de Tinsley. Una decena de familiares y amigos de la víctima estuvieron presentes. La fiscal del condado de Allen tiene 72 horas para presentar cargos formales contra Miller, quien está detenido sin posibilidad de fianza. El sospechoso se presentará el jueves en una audiencia formal en el Tribunal Superior de Allen para que se haga justicia treinta años después del escandaloso crimen.