Thays Peñalver: Entonces, Fidel Castro ganó el Mundial

Thays Peñalver: Entonces, Fidel Castro ganó el Mundial

Thays Peñalver @thayspenalver

Hoy la extrema izquierda, desde el régimen venezolano que sostiene que: “África ha ganado el mundial” hasta el conato español en Podemos que va mas allá y de una vez y sin tapujo sostienen que han sido “los negros” quienes se alzaron con la copa mundial de futbol. Lo hacen, no sin antes esgrimir eso como una posible bondad para dejar entrar a las pateras (barcos) repletos de refugiados de futuros “ganadores”.

Entrar en esa dinámica xenófoba no trae absolutamente nada bueno. Pero es que el pensamiento es tan extravagante que hay que salirle al paso, porque no son pocos los que lo piensan así. Pues leer las irritantes respuestas y comentarios debajo de esas afirmaciones en los medios, da mucho mas que pensar, sobre todo cuando una de estas sostiene: “al menos los argentinos perdieron con jugadores de pura cepa”.

Expresar esas idioteces es tan repugnante como decir que el mundial de México que ganó Argentina en realidad fue ganado por Croacia, Alemania e Italia porque Maradona, Kempes, Valdano o Ruggeri no son argentinos “de pura cepa”. Lo mismo sería decir que Messi es italiano o catalán porque allí están sus “cepas” verdaderas, antes de que sus familias escogieran emigrar en busca de un mejor destino. Pero ellos son blancos y por lo tanto tienen derecho a la identidad territorial y al uso de las banderas. En fin que en el mundo sobra el idiota que debe sostener que África ya ha ganado seis o siete mundiales porque en Brasil no hay precisamente muchos portugueses jugando. Hay que quitarle a las glorias deportivas a toda América Latina y especialmente a Cuba casi todas sus medallas olímpicas, como a Jamaica a Usain Bolt porque realmente es de África Central, pues de allí son sus ancestros.

El asunto es que para los xenófobos, los africanos o “los negros” como les dicen sin medias tintas, no tienen derecho a una nacionalidad, ni a amar su bandera, ni a cantar el himno del lugar de acogida, son y serán –especialmente para la izquierda destructora- siempre africanos, por lo que ese continente es una verdadera potencia deportiva pues no solo tiene el mejor futbol del mundo, sino el mejor basquetbol, todos los records olímpicos de atletismo y cuidado si no el mejor baseball hoy en día.

Pero ya es hora de explicarles al detalle como fue que “África ganó el mundial”. Los abuelos y padres de Dembelé, Sidibé y Kanté vivían en un país en el que los cuadros políticos desde 1960 fueron formados en Cuba[i], razón por la cual un militar dio un golpe de Estado “Libertar al Pueblo” y así instaurar una Republica Democrática Popular, un eufemismo de comunista, que terminó en una de las mayores dictaduras de izquierda, pero como consecuencia de la crisis económica perpetua se le ocurrió aperturar la economía, lógicamente otro teniente coronel paracaidista formado en Cuba y Rusia dio un golpe de estado creando un “Comité de Salvación de la Republica”. El resultado es una crisis sistémica y un éxodo en pateras, junto a una hambruna perenne de cerca del 30% de la población.

Dembelé, Sidibé y Kanté tendrían una altísima posibilidad de morir de hambre, de haberse quedado en ese país.

Los abuelos y padres de N’Zonzi y Kimpembe vivieron nada menos que las tierras predilectas de Fidel Castro, en las que el Che Guevara intentó hacerse del titulo de libertador, las tierras del “gigante comunista” Patricio Lubumba muerto a balazos y sustituido por el militar ladrón de Mobutu. Finalmente como la destrucción económica y el robo terminaron en la hambruna del siglo, el dictador optó por liberalizar la economía y entonces los comunistas decidieron crear otro de sus comités de salvación nacional e imponer a un guerrillero comunista cuya dictadura natuhereditaria aun se encuentra en el poder. El resultado es el de millones de refugiados y una hambruna como en pocas naciones a tal punto que setecientos mil niños están en refugios y cerca de cuatrocientos mil están a riesgo de morir de hambre. (Unicef).

Matuidí viene nada menos que de otras de las tierras favoritas de Fidel Castro donde cientos de miles de cubanos participaron en la guerra civil para imponer el comunismo y luego de cuarenta años libertando a la nación del capitalismo, millones la han abandonado. En una nación que produce 1,5 millones de barriles y el 25% de su población no es que es pobre, es que esta muriendo de hambre porque todo ese dinero va a parar a las cuentas de los políticos. Mientras que los padres de Mbapee salieron también de una nación que lleva gobernada 35 años y de haberse quedado, no habría jamás llegado a superar la escuela primaria.

Se puede decir que las tierras que ha tocado Fidel, son las tierras arrasadas por el hambre. Como se puede decir también que cualquiera que dijera que “libertaría a su pueblo” en el tercer mundo terminó llevando a ese pueblo a la hambruna general.

Como también llegó a decir Hugo Chávez: “1,2,3 cada tres segundos muere un niño de desnutrición. Lo que no dijo, aún cuando lo sabía perfectamente, es que esos niños mueren en los países gobernados por los “Hugo Chavez”, donde han llegado los libertadores anticapitalistas, casi siempre enfundados en un uniforme militar y haciendo suyas las glorias de los héroes del pasado, llegaron al poder para perpetuarse y nunca gobernar. Un niño no muere cada tres segundos en Chile o en Argentina por desnutrición, ni siquiera mueren de hambre.

Boateng no morirá de hambre en Alemania, pero posiblemente si hubiese muerto en la Ghana de sus padres, donde el 27% de la población está a riesgo de hambre. Pogba no morirá de hambre en Francia, pero tenía todas las posibilidades de fallecer en Guinea y Lukaku no morirá de hambre en Bélgica, como si era posible que le sucediera en el Congo así como a los millones que esperan cruzar de África a Europa. Lo que nadie ve es que todos tienen algo en común: a todos un hombre santo, un libertador milagroso les prometió libertarlos, entregarles lo que “alguien” les había quitado y además, darles todo el poder. Pero lo que hicieron fue robar.

“El poder para el pueblo”, una frase que siempre viene acompañada de sus aliadas inseparables, la miseria y el hambre.

No amigos, África no ganó el mundial, porque primero tiene que vencer a la hambruna y para ello debe entender lo mismo que nosotros, que no hay gestas libertadoras ni mucho menos “hombres milagrosos”. Debe comprender como los venezolanos que no hay manera de progresar de otra forma que no sea esclavizándose al trabajo, al esfuerzo y a la educación, que la política y las ideologías en el tercer mundo solo nos han llevado a la destrucción.

También debemos entender que lo que hace la izquierda europea y mundial cortejando a los dictadores destructivos y hablando el lenguaje comunista, lo único que logran es un boomerang migratorio. La Unión Europea debe comprender primero que cada barco, arma y equipo antimotines que vendan a los sátrapas izquierdosos, les será devuelto en forma de pateras y barcos repletos de sobrevivientes, de seres humanos que huyen de esas guerras y dictadura que son aceptadas y tuteladas por la Unión Europea.

El día que entiendan que en vez de tanques deben vender tractores, que en vez de armas deben vender libros, el día que privilegien el mercado africano sobre otro, ese será el día en el que Venezuela o África, ganen un mundial. Pero hoy los presidentes europeos prefieren fotografiarse con cuanto sátrapa exista en el África o el Caribe felicitándose por el tremendo negocio que hicieron por unos cuantos barcos o armas vendidas, sin tomar en cuenta que el producto de esas armas llegará en breve a sus costas. En fin, cuando los presidentes europeos se den cuenta que cortejar a un dictador tercermundista, es el peor negocio del mundo.

Y Fidel Castro tampoco ganó el Mundial, a él se le debe imputar su cuota del hambre, la pobreza y la muerte diseminada en aras de la libertad del capitalismo. El mundial lo ganaron Francia y los franceses. Porque esos jugadores solo tienen un color, el de la bandera francesa así como la letra de la Marsellesa en sus corazones.

[i] Koulouba.com: Cuba de Fidel Castro: Une immense contribution à la formation de l’élite malienne

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