El Gobierno del presidente chavista Nicolás Maduro no acalló hoy las protestas de los trabajadores de la salud del país, que demandan en las calles desde hace casi un mes sustanciales mejoras salariales y dotación hospitalaria, pese a los recientes anuncios de millonarias inversiones para el sector.
EFE
Este lunes, cientos de trabajadores protestaron en Caracas con las mismas consignas del primer día y declararon que los pobres salarios que perciben no les permiten satisfacer sus necesidades más básicas, como alimentarse.
“Ratificamos el día de hoy la continuidad de este paro porque no hemos recibido ningún tipo de respuesta”, dijo a periodistas el secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Salud de Venezuela (Fetrasalud), Pablo Zambrano, desde una manifestación.
El conflicto laboral con los trabajadores de la salud es el más grande que ha enfrentado Maduro desde que arribó al poder en 2013.
Pero su Gobierno no ha ofrecido respuestas dignas de ser escuchadas por los manifestantes, que mañana cumplirán 30 días de un “paro presencial” que inició el gremio de enfermeros y al que se han adherido médicos, bioanalistas, obreros y administrativos de los hospitales públicos.
Zambrano reiteró el llamado a los ciudadanos para que respalden estas protestas, que también denuncian la escasez de medicamentos y el deterioro de los nosocomios.
“No creemos en el Gobierno del presidente Maduro (…), tenemos días solicitando diálogo para buscar soluciones y hasta esta fecha no lo han hecho”, dijo, al tiempo que adelantó que planean unir su “lucha” con la de los trabajadores de casi todas las empresas públicas que también protestan desde hace casi un mes por motivos similares.
En tanto que la presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas, Ana Rosario Contreras, pidió al chavismo gobernante asumir “su responsabilidad” en la crisis sanitaria caracterizada, según denunció, por una “infraestructura colapsada”, “trabajadores desmotivados” y la escasez de fármacos.
Maduro aprobó el sábado inversiones por el orden de 293.089.000 euros (unos 344 millones de dólares) para mejorar los servicios dentro de los casi 300 hospitales públicos del país.
Explicó que este dinero se usará para importar medicamentos de consumo masivo, generalmente escasos en Venezuela, así como para optimizar la atención a pacientes oncológicos, trasplantados, con enfermedades renales o crónicas y de personas infectadas con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Y la semana pasada pidió a su gabinete organizar una consulta nacional para transformar el sistema de salud público del país.
Las protestas de hoy también se escenificaron en la provincia venezolana, como en la occidental ciudad de Maracaibo, capital del estado Zulia (fronterizo con Colombia), donde un grupo de trabajadores del Hospital de Especialidades Pediátricas se manifestó a las puertas del lugar.
Los manifestantes aseguraron que cumplen con sus labores solo por compromiso con los pacientes porque el sueldo no les alcanza ni para cubrir sus gastos de traslado a su lugar de trabajo.
Los trabajadores de la salud han asegurado que sus ingresos mensuales son iguales o inferiores al salario mínimo vigente, que se ubica en 5.196.000 bolívares (36,1 o 2,1 dólares, según la tasa de cambio que se use), montos que los condenan a la pobreza extrema de acuerdo a los parámetros de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) la ONU.
También hoy, los trabajadores del sector eléctrico venezolano, en crisis por corrupción y falta de inversión, según la oposición, se manifestaron en las calles para exigir mejores salarios.
Venezuela es el país con las mayores reservas probadas de petróleo en el planeta, pero padece una severa crisis económica que se traduce en escasez de alimentos básicos y medicinas así como hiperinflación, un fenómeno que pulverizó el poder de compra de los trabajadores.
Por estas razones y la mala prestación de los servicios públicos, en el país suramericano se dan cada día, desde el último mes, decenas de protestas de trabajadores y ciudadanos que reclaman un fin a la crisis. EFE