La confesión del Presidente Maduro ratifica todas y cada una de las críticas y acusaciones hechas por los sectores económicos y políticos de Venezuela. En primer lugar dice que el modelo rentista petrolero se acabó cuando en realidad han empujado a PDVSA al borde de la destrucción. La producción petrolera puede bajar a menos de un millón de barriles diarios para finales de 2018. En 1999 la recibieron en más de 3 millones y medio.
En segundo lugar reconoce el espantoso fracaso y quiebra de todas las empresas expropiadas, nacionalizadas o confiscadas: Hierro, acero, lácteos, jugos, mataderos, vidrios, cemento, fertilizantes, bancos, hoteles, líneas aéreas y de ferrys. Justificándose en una frase incomprensible “Un no nacido modelo productivo estatista”, cuando la realidad se encuentra más cercana a la palabra corrupción. Agravada por la falta de investigaciones que encuentren las causas y culpables de la destrucción de empresas y dilapidación de inversiones.
Al anunciar el nuevo cono monetario que le quita 5 ceros a la moneda actual, promueven la más devastadora hiperinflación de la historia de los últimos 100 años, de toda América Latina y del resto del mundo. Sólo dos casos similares, ambos productos de guerras de tierra arrasada. Maduro repitió el discurso intrascendente relacionado con el Petro y habló de un encaje que nadie sabe exactamente de qué se trata, ni él mismo lo entiende. El BCV no ha recibido ni un solo dólar para aumentar las reservas provenientes de la venta del fulano petroactivo.
Con una inflación estimada por el Fondo Monetario Internacional en 1.000.000 % para 2018 un producto que costaba 1 bolívar fuerte a principios del año 2018 terminará costando 10.000 bolívares fuertes a final de año. Veamos un ejemplo práctico, si la carne de res costaba 2 millones 500 mil bolívares fuertes en enero 2018 terminará con un precio diez mil veces más alto, es decir a finales de 2018 tendrá un precio de 25 millones bolívares fuertes, que en materia de bolívares soberanos sería de 250 de la nueva moneda y el salario no llegará a eso. Ya la realidad superó las estimaciones.
Mientras el sueldo ofrecido a enfermeras y enfermeros es de 20.000.000 de bolívares fuertes, lo que significa 200 bolívares soberanos. Es decir el sueldo ofrecido a las enfermeras y enfermeros alcanza para dos kilos y medio de carne. A este ritmo, para mediados del año 2019 habrá que quitarle nuevamente 5 ceros a la moneda. Un bolívar de los soberanos equivale hoy a 100 millones de los bolívares que recibió el gobierno hace 18 años.
Finalmente repitió su cantaleta periódica acerca de eliminar el control de cambio y la ley de ilícitos cambiarios para supuestamente recibir toneladas de inversión extranjera cuando en realidad no ha cambiado nada que le de confianza al inversionista nacional o internacional.
Nadie traerá inversión a un país signado por la arbitrariedad. La supuesta cesión de 29 mil millones de barriles de las reservas para fortalecer al Banco Central de Venezuela y “monetizar” o “titularizar” dichas reservas petroleras para convertirlas en reservas monetarias tienen el pequeño problema que el petróleo a que se refiere está todavía a kilómetros de profundidad, no hay capital necesario para extraerlo, ni lo habrá si no se genera la confianza que requieren los inversionistas y diariamente se pierde capacidad técnica, porque los trabajadores petroleros han sido sometidos a salarios de hambre. Se hace necesario destacar que esta operación de entrega al Banco Central para que el mismo ceda en prenda reservas petroleras de la nación, está totalmente fuera del ordenamiento legal venezolano.
La exoneración de impuestos a la importación de bienes de capital parte de una base errónea y falsa: supone que no se está importando bienes en razón de que hay altos impuestos y aranceles cuando en realidad es que no hay inversionistas ni capitales dispuestos a entrar en Venezuela, así que la eliminación de impuestos no tiene ningún efecto en la realidad.
El censo del parque automotor es otro inútil saludo a la bandera que no tiene ningún impacto ni en la economía ni el mejoramiento del servicio de transporte. Es como contar las tumbas en un cementerio, no por ello resucitarán los muertos.
Para finalizar ratificamos las propuestas y exigencias hechas desde la Concertación para el Cambio:
1.- Reactivación de la producción petrolera.
2.- Cese de la emisión de dinero inorgánico.
3.- Incrementar la producción nacional (alimentos, repuestos de vehículos) apoyándose en la capacidad instalada privada.
4.- Incremento de los salarios y pago semanal para preservar su capacidad de compra.
5.- Cese del control de cambio.
6.- Anclaje del bolívar (fuerte o soberano) a una divisa sólida, no a la ficción del Petro.
7.- Garantizar seguridad jurídica a inversionistas nacionales y extranjeros.
8.- Solicitar sin más dilación ayuda internacional en medicamentos, vacunas y otros productos biológicos para enfrentar la delicada situación de enfermos crónicos, agudos, trasplantados entre otros.
Nota de Prensa