México y el Triángulo Norte de Centroamérica -una de las regiones más pobres y violentas del mundo formada por Guatemala, Honduras y El Salvador- concentrarán sus esfuerzos en una campaña informativa que lanzarán en agosto para luchar contra el éxodo migratorio hacia Estados Unidos.
EFE
El viceministro de Relaciones Exteriores de la República de Guatemala, Pablo García, dijo hoy a Efe que está previsto que en agosto próximo los cuatro países divulguen esta propaganda para intentar crear conciencia en la población sobre los peligros que corren si hacen este trayecto de forma irregular.
“Hemos encontrado mucho engaño. Les dicen que si se vienen con un menor a Estados Unidos van a tener su residencia, o que es una ayuda para que se puedan quedar”, explicó García, y agregó que el 90 por ciento de los migrantes guatemaltecos que en este momento sale de forma irregular es por esa “desinformación”.
Aunque reconoció que existente diferentes “aristas” que motivan a la población de Guatemala y de todo el Triángulo Norte a migrar, como la inseguridad o la falta de oportunidades, el viceministro insistió en que “en este momento el foco principal” es la falta de información y las mentiras que les cuentan los coyotes o las redes de tráfico de personas.
Es por ello que Guatemala, junto con sus socios de Honduras, El Salvador y México y con el apoyo de Estados Unidos, va a centrar sus esfuerzos en lanzar esta campaña que intentará acabar con este éxodo migratorio del que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, culpó a los tres países centroamericanos el pasado junio.
En ese entonces, Estados Unidos pidió al Triángulo Norte de Centroamérica luchar contra el narcotráfico, las pandillas, la corrupción, la trata de personas o la falta de oportunidades, las principales causas de esta crisis, pero también los exhortó a aumentar las campañas de información.
Además de este esfuerzo conjunto, el vicecanciller, que está de gira en Estados Unidos junto a la primera dama, Patricia Marroquín de Morales, para comprobar la situación de los inmigrantes en los albergues, explicó que en Guatemala se realizan otros programas de educación o salud.
Estados Unidos enfrenta una nueva crisis en la frontera sur, donde la gran mayoría de los inmigrantes que llegan son guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, solo 150.000 en los primeros seis meses del año.
Esta situación motivó la polémica política de “tolerancia cero” contra la inmigración, que llevó al Gobierno de Donald Trump a separar de sus padres a cerca de 3.000 menores de edad, medida que fue finalmente suspendida a mediados de junio por las enormes críticas recibidas.
De los 465 niños que la Cancillería de Guatemala estima que fueron separados de sus padres en la frontera de Estados Unidos solo han sido reunificados con sus familias unos 58.
El Gobierno de EE.UU. dijo haber entregado con padres, familiares o allegados a 1.820 niños, pero mantiene en la incertidumbre a otros cientos cuyo futuro no queda resuelto.
Uno de esos niños separados de sus progenitores es Antony David Tobar Ortiz, quien fue separado de su madre, Elsa Johanna, el pasado 27 de mayo cuando fueron interceptados en Estados Unidos.
Pedro Pablo Solares, el abogado que le da “acompañamiento moral”, explicó a Acan-Efe que siguen sin ser reunificados y agregó que hay otras cuatro mujeres y un hombre en su misma situación, sin saber cuando podrán volver a sus hijos.
Es por ello que cuestionó el actuar de las autoridades y aseguró que la cifra de guatemaltecos separados en Estados Unidos seguro es mayor.
Hasta el 19 de julio, según estadísticas da la Dirección General de Migración, habían sido deportados 28.516 inmigrantes, de los que 280 son menores de edad.