Y son dos las razones, muy sencillas ambas, de mi afirmación.
La económica: Maduro y Quevedo destruyeron a Pdvsa
El más reciente Informe Mensual del Mercado del Petróleo de la OPEP (MOMR) señala que según las fuentes secundarias de la organización, la producción de crudo de Venezuela fue de apenas 1.340 kbpd en junio, una caída de 47.500 bpd respecto a Mayo. En junio de 2016 produjo 2.095 kbpd y en junio de 2017 produjo 1.938 kbpd.
Manuel Quevedo asumió el ministerio del Petróleo y la presidencia de Pdvsa a fines de Noviembre 2017. Ese mes Venezuela 1.827 kbpd y en Diciembre 1.745 kbpd. En los 7 meses de la gestión Maduro-Quevedo, la producción cayó 487 kbpd, un promedio de 70.000 bpd mensuales, unos 333 barriles diarios.
Fuera de una situación de guerra o cataclismo, es la mayor y mas intensa debacle petrolera que haya registrado esa industria en su historia. Y es el producto de las ganas de aferrarse al poder como sea de Nicolás Maduro, causando la destrucción de la industria y también una calamidad social sin precedentes.
El conteo de plataformas petroleras en Venezuela se desplomó a 28 plataformas en julio de 2018, en comparación con 50 plataformas en julio de 2017, según el conteo internacional de plataformas de Baker Hughes. Según la encuesta Platts de julio, Venezuela produjo 1.240 kbpd, la cifra más baja en los 30 años de la encuesta.
La Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA en inglés) prevé que la producción de Venezuela podría bajar a 1 millón bpd a fines de 2018 y a 700 mil bpd a fines del 2019.
Pdvsa está arruinada por años de mala gestión socialista, falta de inversión, sobreendeudamiento, mora financiera, fuga de personal y corrupción rampante. Ellos solitos la arruinaron.
La política: Trump no se va a hacer responsable del desastre de Maduro
Las sanciones y restricciones que el gobierno de Trump ha impuesto a funcionarios y a la deuda venezolana han sido quirúrgicas. Se centran en la corrupción, evitar al financiamiento a la represión, la violación de los DDHH y evitar la liquidación de Citgo.
Trump es un político inusual, pero no por ello menos efectivo. Es un “market player”. Su diplomacia se basa en los mercados, ya que siendo un jugador muy importante en ellos, sus amenazas son creíbles y por lo tanto los mercados se anticipan a sus efectos.
Hasta ahora ha sido así. Y sus efectos han sido notables. Hay un dicho muy popular entre las tiendas de los comerciantes y sus clientes: “si lo rompes, lo compras”. Y ese ha sido precisamente la guía de esa administración con Venezuela. ¿Para qué romperlo? (si ellos lo hacen). Ponerle restricciones al petróleo y productos venezolanos agravaría la crisis humanitaria venezolana sin tener la certeza que desplazaría al régimen de Maduro. También tendría impacto negativo dentro de EEUU, específicamente en las refinerías de la Costa del Golfo, las grandes compradoras del crudo pesado venezolano. ¿Para qué romperlo? es la pregunta que, por ahora, tiene una respuesta clara para ellos: El régimen de Maduro marcha aceleradamente a su implosión.
Por el contrario…
Contrario a la retórica y a la propaganda roja de “guerra económica”, estas realidades las oculta el pranato en el poder. Pretende mostrarse en control. Pero aún así el régimen cruje. El costo que Maduro siga en el poder aumenta día a día. Y los mercados lo saben. Tienen unos 140 mil millones de dólares en bonos impagos de la República y de Pdvsa. Y saben lo que es el costo de oportunidad.
Hace un año publiqué el artículo EEUU no sancionará económicamente a Venezuela, ya la “revolución” lo hizo hace tiempo. Desde entonces ha pasado mucho agua por el molino. Con el de hoy sólo agrego: Falta menos
David Morán Bohórquez es ingeniero industrial y articulista. @morandavid