La histórica decisión de un juez estadounidense que autoriza la confiscación de los activos de Citgo para cubrir las obligaciones incumplidas de la República de Venezuela podría tener un devastador impacto en el futuro económico de la nación petrolera, complicando cualquier esfuerzo de recuperación a ser emprendido después que salga el régimen de Nicolás Maduro.
Por Antonio María Delgado @DelgadoAntonioM en el Nuevo Herald
Analistas insistieron en que la eventual pérdida de control sobre la filial de refinación estadounidense de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) podría poner en peligro el acceso del crudo venezolano al rentable mercado estadounidense, el cual es virtualmente el único que está generando ingresos a las quebradas arcas del Estado.
“Las consecuencias de esto son incalculables. Actualmente, Citgo garantiza el acceso a uno de los pocos lugares donde PDVSA está generando algún tipo de dinero”, dijo desde Miami Horacio Medina, ex gerente de PDVSA.
En una decisión que podría tener grandes ramificaciones en los mercados financieros, el juez Leonard P. Stark de la Corte del Distrito de Delaware emitió el jueves un fallo a favor de la minera canadiense Crystallex, que por años ha estado tratando legalmente de obtener una compensación de $1,400 millones por las pérdidas que sufrió cuando el fallecido presidente Hugo Chávez expropió sus operaciones en el país.
En medio de la ola de nacionalizaciones emprendidas por Chávez, su gobierno retiró las concesiones de oro y se hizo cargo de las operaciones de Crystallex y de muchas otras compañías internacionales, acusando a las mineras de dañar el medioambiente y violar los derechos de los trabajadores.
Russ Dallen, de la firma de corretaje Caracas Capital Markets, explicó que la decisión crea el precedente legal estableciendo a Citgo como “álter ego” de la República de Venezuela y que en consecuencia puede ser obligada a responder por los incumplimientos de deuda incurridos por el estado venezolano.
Venezuela, bajo el control del régimen socialista de Nicolás Maduro, actualmente se encuentra en un estado de incumplimiento de deuda sobre la mayor parte de los $65,000 millones en bonos emitidos por la República y por PDVSA.
Con la decisión, los tenedores de esa deuda estarían facultados para salir en masa a tratar de embargar los activos de Citgo o de PDVSA en el exterior para de esa manera tratar de obtener algún tipo de compensación por sus inversiones perdidas.
“Con esto se inicia la temporada de cacería”, dijo Dallen. “Pero aún cuando Citgo es hoy la fruta del árbol más bajita, no hay suficientes sillas en este juego de las sillitas musicales para satisfacer a los tenedores de más de $65,000 millones de bonos”.
Comparativamente, el valor recuperable en Citgo es muy pequeño. La empresa, que produce 750,000 barriles de gasolinas diarios a través de sus tres refinerías, tiene un valor cercano a los $8,000 millones, pero sobrelleva una deuda de $4,600 millones.
Además de eso, un 51 por ciento del valor accionario de Citgo ha sido puesto como garantía para una emisión de bonos de PDVSA de unos $2,500 millones y el restante de las acciones fue hipotecado a la firma rusa Rosneft por un monto de $1,500 millones. Si se suma todo eso, el valor de los activos de la empresa supera los $8,000 millones.
“Ellos hicieron eso a propósito porque estuvieron tratando de venderla y como no lo consiguieron entonces la sobrecargaron de deuda hasta el tope para quitarle todo el dinero que podían. Es como sacarle cinco hipotecas diferentes a tu casa”, explicó Dallen.
Con la decisión del juez, Venezuela tiene una semana para llegar a un arreglo con Crystallex. De lo contrario, las acciones de la compañía estadounidense de PDVSA que controla las acciones de Citgo, PDV Holding, serían puestas en subasta. La minera canadiense obtendría su compensación de $1,400 millones del dinero a ser obtenido a través de la subasta.
Venezuela podría apelar la decisión, pero la situación luce actualmente como una pelea cuesta arriba y PDVSA podría estar perdiendo el control sobre Citgo para finales de año, advirtió Dallen.
Eso sería un duro golpe para los prospectos del país, comentó Juan Fernández, ex Director Ejecutivo de Planificación de PDVSA. Venezuela vende a Estados Unidos cerca de 600,000 barriles diarios. Y de ese total, quizás dos tercios, unos 400,000, van a Citgo.
La refinería estadounidense está diseñada para procesar el crudo extrapesado proveniente de Venezuela, el cual requiere de instalaciones especiales que no son muy comunes alrededor del mundo.
En teoría, Citgo podría estar interesada en seguir utilizando el crudo extrapesado venezolano una vez que pase a otras manos. “Pero cuando el dueño es otro, él es el que decide con quién opera y con quién no”, y la refinería tendrá otras alternativas desde donde escoger, dijo Fernández.
Es precisamente la pérdida de ese acceso garantizado al mercado estadounidense lo que más preocupa a Medina, quien resaltó que los planes de recuperación económica en una era post Maduro requerirían de un acelerado incremento de la producción del crudo extrapesado que procesa Citgo.
Debido a que ese tipo de crudo es de difícil colocación y no muchas refinerías aparte de las de Citgo están condicionadas para poder procesarlo, la compañía estadounidense es vital para la consolidación de esos planes, explicó Medina.
“Para la recuperación del país, Citgo es una pieza fundamental. Esto podría tener un impacto devastador en el futuro económico de Venezuela”, insistió.
La economía de Venezuela está cayendo en espiral hacia una crisis cada vez más profunda. Los venezolanos luchan por obtener alimentos y medicinas escasas mientras que muchos más dejan el país en busca de mejores condiciones de vida.