¡Se hunde el barco mi querido capitán!, ya nadie tiene dudas al respecto, el propio capitán, esta consciente de ello, el régimen está haciendo aguas, y no hay salvavidas, ni atentado que lo saque a flote.
Esta semana los venezolanos vimos con gran tristeza esas imágenes de la embarcación de Conferry hundiéndose en el Puerto de Guanta, y nada como esa lastimosa y cruel imagen para describir lo que en realidad está sucediendo hoy día en Venezuela.
El barco, como el régimen de Nicolás Maduro, tiene ya todos sus motores parados, el agua de mar ya le llega a la cintura, está sin repuestos, se quedó sin agua potable, sin electricidad, la gente no llega porque no hay unidades de transporte para trasladarse al puerto, no hay combustible, no hay efectivo, se quedó sin bombonas de gas doméstico, no hay alimentos y los precios se salieron de control. Con todos esos males, el destino de ese barco, no es otro que naufragar.
Y es que la situación de los venezolanos esta así, hundiéndose cada vez más, ya es inviable e insostenible, la hiperinflación crece vorazmente, cada hora hay más escasez e incertidumbre, hay más hambre y se agudiza el malestar social y político, el régimen está cada vez más aislado internacionalmente, la migración cruza sin frenos y sin mirar atrás la frontera. Este barco se va a pique, y el régimen no tienen como detenerlo.
Sabiéndose hundidos y sin remedio, intentaron lanzar un salvavidas para su capitán, pero su torpeza y desesperación fue tan evidente, que lo que hicieron fue hundir aún más el barco, al punto de casi ahogar al timonel.
El régimen, que se ha especializado en manipular y tergiversar la realidad, persistió en su fórmula del magnicidio, lo que no evaluó en el análisis de su experimento, fue la reacción del pueblo. El pueblo resultó más inteligente de lo que estimaban y no se tragó el cuento magnicida. Como tampoco las naciones demócratas del mundo mordieron la carnada de los drones con carga de C4.
Un señuelo con un solo objetivo, distraernos, para que perdamos el verdadero foco de nuestra lucha, para que no persistamos en el propósito de salir de esta dictadura, para que no protestemos, para que el venezolano de a pie, por momentos, se distraiga y deje de pensar que no tiene dinero para comprar la comida de sus hijos, o que la quincena solo le alcanzó para comprar un pollo, o que el muchachito se le enfermó y no tenía como comprarle medicinas, ni mucho menos para llevarlo al hospital, y que cuando logró llevarlo , no había material para atenderlo.
Son señuelos para distraernos, por eso golpean, encarcelan, drogan, torturan e intenta doblegar a Juan Requesens, por eso persiguen a Julio Borges, por eso mantienen a más de 300 presos políticos tras las rejas, por eso nos persiguen y nos mantienen en el exilio.
El régimen está haciendo aguas y por ello hoy debemos reunificarnos para salvar lo que han dejado de Venezuela, para lanzar por la borda todo lo que hace lastre, para juntos, poner fin a esta dictadura cruel y asesina, responsable de conducir este barco al foso de la miseria.
Siempre lo hemos planteado, la salida de esta dictadura no es un camino fácil, se requiere de verdadero compromiso y amor por Venezuela. La ayuda internacional no basta por sí sola, es un esfuerzo conjunto que exige la participación activa de gremios, ciudadanía, partidos políticos, universidades, estudiantes, dirigentes, todos unidos, enfocados en un mismo objetivo, poner fin a esta dictadura que tanto mal nos ha hecho.
Luego de ello, permanecer unidos, para sacar a flote este barco y enrumbarlo hacia las aguas de la libertad y el progreso.
Se hunde el barco, y el capitán lo sabe.
@LesterToledo