Entre las 5 y 6 de las tarde del pasado 4 de agosto, en un acto realizado en la avenida Bolívar de Caracas, se escuchó una explosión muy cerca de la tarima donde se encontraba el dictador. De inmediato la información comenzó a correr por todos lados.
El país entero preguntaba con cierta incertidumbre sobre lo que acababa de ocurrir. Los medios de comunicación nacionales brillaban por su ausencia en la información, solo twitter, y alguna otra red, trataban de sortear el silencio. Dentro de todo aquello un vídeo se hacía viral; muy viral. El vídeo mostraba a todo un país como una tropa, en cuestión de minutos, pasaba de estar firme y erguida a correr sin orden alguno.
Este hecho para nadie pasó desapercibido, y para mí mucho menos. Nadie comprendía cómo las tan publicitadas Fuerzas Armadas, con las que el dictador se jacta y reta a cuanto país le es incómodo, mostraba tan paupérrimo poder de adiestramiento y preparación. Un sonido y un desplome. Un sonido y la carrera. Eso vio todo el país.
Si hacemos precisión en este hecho, no solo encontramos a una Fuerza Armada que al primer momento incómodo mostró debilidad, sino que también podríamos decir que es el reflejo más notorio en el que el régimen se encuentra. La pregunta legítima que se haría cualquier ciudadano es ¿Algún militar de verdad está dispuesto a inmolarse por Maduro? Saque usted sus conclusiones.
Lo ocurrido demuestra la debilidad de la dictadura, sus quiebres y temores. Hoy cuando las hipótesis se pelean un lugar entre si creer que lo visto fue realmente un intento de atentado, o un montaje preparado por el tirano, no cabe duda que lo certero de todo esto es que la dictadura tan fuerte no está. Que, probablemente, hay pocos soldados los que están dispuestos a inmolarse por un tipo que tiene a un país padeciendo la crisis más aguda de su historia; y es que lo que digo tiene toda la lógica.
Preguntemos entonces ¿Un militar que tiene familiares y conocidos que, no son ajenos a lo que vive el país, puede estar contento en defender a un dictador culpable de todo esto? La respuesta parece obvia, querido amigo.
Si así rompieron filas sin, ni siquiera, preguntar “¿Cómo estará mi comandante bello?”, no me quisiera imaginar cuando la presión de todo un país vuelva a dirigir toda su energía contra la tiranía que usurpa Miraflores.
La dictadura parece frágil y a las pruebas me remito. Preocupada debe estar, cuando mínimo, al ver que los mismos soldados “antiimperialistas” no quisieron hacer frente ante lo incierto para defender “la revolución bonita”. No estamos hablando de chamos con escudos de cartón que valientemente enfrentaban a esbirros que los reprimían, estamos hablando de oficiales que deberían tener toda la preparación del mundo para afrontar momentos como estos. Por eso, es válida la preocupación que el régimen pueda tener.
Lo ocurrido trae muchísimos ejemplos que a diario ocurren en el país. Por un lado habrá que preguntar a los soldados, que se encuentran en alcabalas padeciendo la crisis, si quisieran sacrificarse por Maduro. Habrá que preguntar lo mismo a aquel soldado que le dicen que solo una caja de comida es lo que equivale su dignidad como ser humano. Aprovechemos la oportunidad para preguntar también a aquellos oficiales que van al supermercado y lo que consiguen es desolación o, en el otro caso, precios volando bien alto.
Pues esta es la Venezuela que hoy existe y los militares también tienen su culpa, algunos por indiferentes y otros por cómplices.
Así son las cosas, diría un genio del periodismo. Mientras esto ocurre, el llamado es el mismo a que nadie se distraiga. Las protestas por transporte, por agua, por medicinas, por alimentos, continúan. La efervescencia se nota en los gremios que se suman a un paro de algo que, de por sí, ni funcionaba ya.
El dictador que acusa un atentado es tan inmoral que no mencionará jamás el atentado que ha hecho contra las instituciones y contras los mismos ciudadanos. Estos acontecimientos muestran las costuras de un aparato que no esta tan fuerte y mientras esto pasa algunos gritan ¡Rompan filas de Maduro!
@SoyVanegasG