Primero lo primero, para que un atentado califique como magnicidio debe perpetrarse en contra de un personaje de alta jerarquía de gobierno, de estamento religioso o de política, en Venezuela lo sucedido el 4 de agosto pasado sólo se pudiera calificar como un tiranicidio o un raticidio en grado de frustración, ya que el narcoterrorista Nicolás Maduro usurpa desvergonzadamente el cargo presidencial de mi patria. Lo que sí llama la atención e impresiona es la felicidad que se refleja en sus rostros, los de todos sus camarillas, la banda de asesinos sádicos de su entorno. Esta emoción se entiende pues por primera vez, después de las 63 denuncias durante la gestión del supremo galáctico y las más de 20 que lleva Maduro desde el 2013, al fin tienen un atentado real. Durante años estas denuncias sirvieron como soporte y justificación de la dictadura para acusar, apresar y atropellar a cuanta persona les complaciera atacar y destruir. En la larga lista de atropello de los Derechos Humanos están incluidos cientos de personas que sin ningún procedimiento judicial correcto aún están pagando las consecuencias de los inventos de atentados que sus patrones cubanos les han enseñado a utilizar como herramienta de represión.
Vista la noticia desde diferentes ángulos y sin mayores análisis podemos concluir que no queda lugar a dudas que si fue un atentado. Aunque normalmente son muy buenos actores , mentirosos, farsantes, violadores de leyes, en esta oportunidad tan sólo al ver el ridículo que hicieron sus soldaditos podemos concluir los errores cometidos por los camarógrafos al distraer la atención de la transmisión y enfocar a la formación en los patios de la tropa mientras sucedía la confusión en la tribuna presidencial. Fue una mala idea ya que allí nos dimos cuenta de qué clase de tropa es la que custodiaría a la Revolución en caso de una intervención extranjera. Vimos a la envalentonada Guardia Nacional que armados hasta los dientes, asesinan jóvenes en las protestas, correr como unos vulgares cobardes rompiendo filas para resguardarse por el ruido de una explosión. La verdad es que semejante ridiculez en cadena nacional no está muy acorde con sus actuaciones regulares, pero si quedó demostrado ante el mundo lo vulnerables que son tanto la seguridad del cucuteño, como la valentía real las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN).
Innegablemente somos muchos lo que deseamos que los autores materiales del atentado colectivo contra los venezolanos, contra los niños que mueren de desnutrición, contra la vida de los ancianos que no consiguen medicinas y mueren de mengua, contra la libertad de expresión, contra la producción nacional, contra la patria sean eliminados. Es una cuestión elemental de defensa propia, pues todos tenemos el derecho de defendernos contra cualquier agresión. Y es un acto legítimo y protegido por las leyes (COPP Artículo.65). Hoy los que organizaron esos atentados tienen suficientes razones para hacerlo y yo debo complementar algunas: Hemos intentado conciliar y mediar, protestar para quejarnos y para disentir de la forma en la que han llevado nuestro país a la debacle, al hundimiento, a la ruina, ¿es que no está claro que la fuerza o la violencia se justifican para ser libres? La fuerza de la civilización contra la violencia de la barbarie que representan estos malvivientes. No hay ley internacional que respeten, no hay acuerdo que haya firmado que logren cumplir, toda su actuación es basada en la protección de sus prerrogativas en el poder, de mantener sus espacios en las redes del narcotráfico y en manejar la corrupción con nuestras riquezas naturales.
Cabe recordar algunas de sus negativas a resolver la horrible realidad que crearon, negaron y se burlaron del referéndum del 2016, la contundente victoria de la oposición de las elecciones parlamentarias del año 2015 y no la respetaron, siguen esperando los diputados del Estado Amazonas por la justicia revolucionaria, ya que no los dejaron incorporar para evitar la mayoría calificada en la Asamblea Nacional y ya tienen la mitad del periodo, el nombramiento de rectores del CNE quienes también tienen sus periodos caducados, nombraron un Tribunal Supremo de Justicia como les dio la gana, violando la Constitución y siendo militantes del partido de gobierno (PSUV ) en las gobernaciones y alcaldías que perdieron, le nombran un gobierno paralelo en cada estado “perdido” y les intervienen las policías y les bloquean los recursos, inhabilitan a los opositores con la pena máxima de 15 años como establece la ley, o como sucedió en mi caso que es único en Venezuela, me inhabilitaron para toda la vida. Al político de la oposición que esté inhabilitado y pacte con el gobierno, lo habilitan inmediatamente como paso recientemente con un candidato a la Gobernación.
La depravación del narcoregimen no tiene límites, la violación de derechos humanos que hicieron contra el diputado Juan Requesens es un ultraje y humillación al exhibirlo vilmente bañado en heces, demuestra la barbarie más cruel. Es una táctica de terror y además se voltea en contra de los verdugos pues podemos ver asombrados lo que son capaces de hacer. Intoxicar y torturar para demostrar hechos inexistentes. No guardan las más mínimas previsiones al mostrar su mejor estilo de Al Capone, la muestra más grotesca del poder los hace parecer hienas gozando con la sangre de su presa. Fueron capaces de asesinar a Oscar Pérez quien transmitió en vivo sus últimos momentos y no les importó, que se puede esperar de esos criminales. Recordemos que esto ha funcionado desde el principio como una política de estado instaurada por la mente perversa de su mentor, el difunto Chávez, ya por febrero de 2012 hubo en mí contra un atentado del cual hubo pruebas suficientes de quienes eran los autores intelectuales, con resultado de dos personas fallecidas. El descaro de estas alimañas es tal, que ya las torturas, las persecuciones, los asesinatos, el destierro poco les importa.
La gran pregunta. ¿La salida es electoral? ¿Hay que dialogar con estos terroristas?
Desde todo punto de vista el vídeo que le hicieron para autocriminalizarse y acusar al Diputado Julio Borges como el autor intelectual, no se lo creen ni ellos mismos.
El último discurso del diputado Juan Requesens en la Asamblea Nacional fue tan contundente, claro, que llegó al sentimiento de todos los venezolanos. Era de esperarse que esos maleantes aprovecharan lo del atentado para acusar a 2 diputados inocentes como siempre lo hacen. Repito lo ya dicho en mis cuentas de redes sociales, esto no es un problema de los venezolanos nada más, es un problema de la humanidad, los malvivientes que nos gobiernan, están suministrando grandes cantidades de minerales a los países comunistas y terroristas para aumentar su capacidad nuclear-bélica. Uranio, Coltàn y Torio a manos llenas nos roban cada día. De no actuar a tiempo las democracias del mundo, la pagarán muy caro
Defendernos de los asesinos de la República es perentorio e impostergable, ya se agotaron las posibilidades de concertar, arbitrar, ya es tiempo de resultados para levantar y limpiar la cara y el alma de Venezuela e invocar cualquier forma de desaparición de los autores directos, flagrantes e insolentes del atentado consumado contra nuestro país.
Demos fin a esta tortura y recordemos las desapariciones de los tiranos de la historia, quizá sea como Nerón quien tuvo un suicidio asistido, o tal vez como Julio Cesar asesinado por senadores romanos para evitar que continuará sus planes de autocracia. En el caso de Hitler tuvo 42 atentados reales todos fallidos (envenenado, bombas, daños en avión) hasta que fue acorralado y no tuvo más opción que suicidarse antes de caer en manos de tantos detractores.
A pesar de que sabemos que el Odio genera odio tengamos presente que lo que estamos haciendo es defendiendo nuestras vidas y el futuro de nuestra Venezuela.
Cómo nota curiosa me llamó la atención un detalle observando los videos e imágenes de lo sucedido en la tribuna presidencial al ver a Cilia Flores sonriendo mientras los guaruras tapaban a Maduro protegiéndolo. ¿Será que ella también quiere desaparecerlo y estaba visualizándose como sucesora? ¿Serán ideas mías? dejó ahí esa interrogante.
Me despido con la convicción de que todos los esfuerzos que hagamos para eliminar a esa cloaca que está usurpando el poder, salir de la forma violenta y lo más pronto posible, serán apoyados. Quedo atento desde mi reducto, en la cárcel del exilio con lo único que tengo MI PLUMA Y MI PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño
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