Los imparables precios del café han provocado que los bachaqueros de Valencia recurran a indeseables prácticas que engordan el producto. Las autoridades han determinado que con ello los inescrupulosos vendedores informales obtienen grandes ganancias al tiempo en que estafan a los incautos compradores, reseña Notitarde.
A pesar de que un kilo del producto se cotiza en 20 millones de bolívares, los cafeinómanos se niegan a dejar de probar su tradicional taza.
En los mercados populares dos cucharadas de los granos del cafeto equivalen a un millón de bolívares. La burbuja de los consecutivos aumentos ha inducido a los buhoneros a incursionar en un ilícito mercado. Las denuncias que procesan los funcionarios de los cuerpos policiales señalan que el café se vende adulterado.
Algunos bachaqueros que han sido arrestados han confesado. Reconocen que sus proveedores habitan en el sector El Socorro donde familias enteras se dedican a mezclar los granos molidos de café con maíz tostado. En ocasiones les añaden unos granos de leguminosa conocido como quinchoncho.
Los amantes de la bebida precolombina reconocen de buenas a primera cuando el estimulante ha sido falsificado. Sostienen que el aroma y el sabor son distintos. señalan que en la punta de la lengua se percibe un gustillo a tierra.
Otros, sin embargo, desconocen que al tradicional café los bachaqueros le introducen aserrín, burusas e ingredientes de cualquier tipo. Todos ellos molidos presentan una textura similar a la del café.