Mauricio Macri se entera por terceros de lo que sucede (o sucederá) en Comodoro Py. Esa es la otra novedad. El Presidente les anunció a sus colaboradores que no moverá un dedo para salvar a nadie que haya pagado sobornos. Tampoco lo podría hacer, pero, al menos, no lo intentará. Quizá tales innovaciones sucedan precisamente porque Macri no les teme a las grandes hombres de negocios. A casi todos ellos los conoce desde que era adolescente. Los trata de igual a igual. A diferencia de los gobernantes que vienen de la política, el Presidente sabe que a los empresarios los mueve más el temor que el poder. No le falta razón en esa percepción. De hecho, funcionarios judiciales que asistieron a las declaraciones de los empresarios notaron que todavía estos sienten temor cuando llegan a Cristina Kirchner . Y no la nombran. La plata iba “hacia arriba”, dijeron varios. ¿Qué es “hacia arriba”?, les repreguntaron. “Hacia bien arriba”, responden y, como si por sus cabezas cruzara el espectro de un susto, enmudecen. El primer presidente que viene del mundo empresario está asistiendo, inmóvil, a la caída de un sector importante de los empresarios. Tal vez era necesario que hubiera un presidente de esas condiciones para que saliera a luz la vieja complicidad corrupta entre la política y algunos sectores empresarios.
Publicado originalmente en el diario La Nación (Argentina)