El Gobierno de Venezuela impidió este jueves el paso de una marcha de gremios de la salud que pretendían llegar al palacio presidencial de Miraflores en Caracas para denunciar el deterioro de las condiciones de trabajo y exigir mejoras salariales, en el marco de un conflicto laboral que se ha extendido por 53 días.
Más de cien miembros de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y algunos militares cerraron las vías de acceso al Hospital de Niños J.M. de Los Ríos, donde trabajadores de la salud tenían previsto concentrarse antes de marchar hasta la sede del Ejecutivo para hacer sus reclamos.
La protesta estuvo auspiciada por el Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL), que agrupa a partidos opositores y organizaciones de variada índole, y se esperaba que trabajadores eléctricos, de telecomunicaciones, docentes y de otros gremios también se sumaran, aunque finalmente no lo hicieron.
Así las cosas, la protesta se volvió netamente médica por lo que enfermeros y pacientes, protagonistas tradicionales del conflicto laboral, encabezaron las consignas y animaron al resto durante las dos horas que esperaron frente al contingente policial que no los dejó avanzar.
Un niño enfermo de cáncer que iba en silla de ruedas empujado por su madre marcó la senda a seguir durante los pocos metros de recorrido y fue el único que pudo atravesar la barricada de los uniformados.
Otros pacientes usando tapabocas y vendajes se mantuvieron del lado de la protesta y resistieron bajo el sol la imposibilidad de continuar su marcha.
El médico Carlos Prósperi informó, megáfono en mano, que un alto funcionario del Ministerio de Salud acudió hasta el lugar y les propuso que designaran una comisión de cinco personas que se trasladara hasta la Vicepresidencia de Venezuela para conversar sobre los requerimientos.
Esta idea, sin embargo, fue rechazada a gritos por el cúmulo de manifestantes que prefirió esperar hasta que personalmente se dirigieran altos representantes de la cartera sanitaria y del Gobierno de Nicolás Maduro a recibir el documento que pensaban entregar en Miraflores.
EFE