Marina Guagliata estaba de compras el martes en Génova cuando el puente Morandi se derrumbó y un enorme bloque de hormigón cayó sobre la tienda atrapándola y sepultando a su hija Camilla.
Guagliata contó a medios italianos que su hija de 24 años y ella estaban paseando por la “Fabbrica del Riciclo”, un comercio de compra y venta de artículos de hogar situado justo debajo del puente, cuando el viaducto se vino abajo.
“Estaba sepultada hasta el pecho, y mi hija estaba totalmente sepultada”, dijo Marina, de 58 años, desde su cama en el hospital genovés Villa Scassi. “Me desmayé varias veces”.
La mujer relató al Corriere della Sera el martes que se encontraba encima de su hija, que quedó atrapada bajo los cascotes que se abatieron sobre la tienda cuando el puente se derrumbó y cayó con toneladas de hormigón y vehículos.
“Podía respirar ya que mi cara estaba libre, pero Camilla estaba debajo, cubierta. No podía verla, pero sabía que estaba allí”, recordó Guagliata con voz temblorosa. “Logré tocar su mano y su cara y quitar escombros de su boca”.
En imágenes de Sky TG24, se podía ver a la mujer con la cabeza vendada, que daba las gracias por su “milagrosa” supervivencia mientras explicaba cómo “había gritado una y otra vez, pidiendo ayuda”.
Marina Guagliata dijo asimismo que lo único que recordaba tras la llegada de los bomberos fue que les pidió que salvaran a su hija. Luego despertó en su cama de hospital.
El estado de salud de su hija es peor, aunque estable, y se encuentra en otra ala del hospital, comenzando su lenta recuperación tras sufrir fracturas en una pierna, en la pelvis, en costillas y en un brazo, así como la perforación de un pulmón.
Camilla tuvo que explicarle a su madre lo que había ocurrido. “Oímos un estruendo, miramos por la ventana y gritamos”, le dijo.
Las dos mujeres están entre los 15 heridos en el derrumbe del puente, que se cobró la vida de al menos 38 personas, según un balance provisional. AFP